Media hora después, salen
Todo cambió cuando los agentes se personaron en Casa Zapateiro. La pareja salió al exterior y una vez allí, Fernando les facilitó las hojas que pedían. «El chegou a dicirlle á camareira que era avogado e que a lei estaba da súa parte, en ningún momento soltaron palabras malsoantes ou insultos, pero vin moita prepotencia», explica el dueño del local.
Este desagradable episodio se une a los muchos sinsabores que este hostelero, como la gran mayoría del sector, acumula desde el inicio de la pandemia, primero con cierres obligados, con aforos que cambian a golpe de DOG, con clientes que se olvidan la mascarilla... «As normas están para cumprirse, aínda que non nos gusten. E dende o 31 de decembro eu teño que verificar o certificado covid a todos os que queiran entrar dentro deste local», razona García. No es la primera vez que se encuentra con personas que no ofrecen el pase covid, a los que invita a ocupar una plaza en una terraza semicubierta. «Pero a maioría marcha».