El blanqueamiento de esponjas, un fenómeno inesperado

SOCIEDAD

Una esponja de mar nativa sana y sin blanquear (izquierda) y una esponja de mar blanqueada (derecha)
Una esponja de mar nativa sana y sin blanquear (izquierda) y una esponja de mar blanqueada (derecha) V. Micaroni / F. Strano

Científicos observan por primera vez en las aguas de Nueva Zelanda un efecto que solo se había detectado en los corales

27 may 2022 . Actualizado a las 09:06 h.

Las aguas de Nueva Zelanda han sido escenario de un evento único asociado con el cambio climático. Hasta ahora la ciencia había observado episodios de muerte masiva de corales debido al calentamiento de las aguas. En el 2016, como consecuencia del fenómeno de El Niño, en la Gran Barrera Australiana disminuyó un 89 % el número de nuevos corales. El estrés por calor provoca que el coral expulse las algas, dejando sus estructuras esqueléticas con una apariencia blanqueada.

Ahora, por primera vez se ha registrado en esta zona de la Tierra un blanqueamiento en otra especie, las esponjas. «En muchas zonas del Pacífico se están produciendo olas de calor marinas que elevan la temperatura hasta 20 grados. Estos cambios tan bruscos afectan directamente a la fisiología de este tipo de especies y genera episodios de mortandad», comenta Javier Cristobo, investigador del Instituto Español de Oceanografía. Los científicos de la Universidad Victoria de Wellington aseguran que hay amplias zonas en la costa de Nueva Zelanda donde el blanqueamiento de las esponjas alcanza el 95 %. Se habla de cientos de miles de ejemplares muertos.

La comunidad científica sostiene, además, que no se trata de un evento aislado, sino más bien de un episodio que apunta a una nueva realidad. «Este suceso volverá a repetirse y también veremos nuevas especies que sufren los efectos del calentamiento de los océanos. Las más vulnerables son las especies que llamamos sésiles, que no pueden desplazarse a otras aguas. En el caso concreto de las esponjas ocurre que cuando se reproducen tienen una vida larvaria muy corta, entre 24 y 48 horas. Si en ese tiempo la larva no encuentra un lugar donde fijarse morirá», apunta Cristobo.

La muerte masiva de esponjas ya supone un tragedia por sí sola, pero es que además tiene un impacto tremendo en los ecosistemas marinos. «Forman grandes arrecifes y de esas estructuras en tres dimensiones depende la supervivencia de otras muchas especies», advierte.

Sin ir más lejos en el Cantábrico hay campos de esponjas que crean enormes estructuras que acogen algunas especies comerciales. «Por ejemplo el rape y la merluza, durante una parte importante de su vida, sobre todo cuando son alevines, viven al amparo de estas estructuras que les permiten protegerse de los depredadores de mayor tamaño», concluye.