Los ingresos por trastornos alimentarios en niños se adelantan por debajo de los 12 años por la influencia de las redes sociales

Alfonso Torices MADRID / COLPISA

SOCIEDAD

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La comparación constante, los filtros que distorsionan la imagen y los contenidos que promueven dietas extremas aumentan la vulnerabilidad de los niños. Se entregan a regímenes y a retos que acaban desembocando en patrones muy peligrosos

27 nov 2025 . Actualizado a las 16:07 h.

No solo cada vez hay más —y más graves— trastornos de conducta alimentaria entre los jóvenes españoles, especialmente desde la pandemia, sino que además se registran cada vez a edades más tempranas, en la preadolescencia e incluso en la infancia. En vísperas del día internacional de la lucha contra esta clase de problemas —este domingo—, los especialistas hacen un llamamiento a responsables sanitarios y familias para reforzar la prevención y la detección precoz, porque una intervención rápida es clave para evitar el agravamiento y la cronificación de estos desórdenes.

Los últimos estudios sobre estas patologías, entre las que sobresalen la anorexia y la bulimia, indican que casi uno de cada cinco adolescentes está en riesgo de caer en un trastorno psicológico que le lleve a obsesionarse con su peso y a distorsionar la percepción de su aspecto físico, lo que a veces les coloca en situaciones de riesgo vital. El porcentaje de población en peligro entre las chicas, el 21,9 %, prácticamente duplica el de los varones de su misma edad.

El aumento de los casos entre los adolescentes españoles es una realidad certificada, pero los datos que aporta el trabajo diario de médicos y psicólogos empieza a desvelar otra tendencia, la que apunta a que estos trastornos suceden ya, con frecuencia, entre menores de 12 años. Los datos del Hospital Universitario Niño Jesús de Madrid, centro de referencia nacional y pionero en la atención de estas patologías, revelan que las hospitalizaciones por esta causa a esta edad han aumentado un 22 % en solo un año, con tendencia al alza en los últimos meses. 

Rosa Martínez, psiquiatra y directora clínica del Hospital de Día Retiro, confirma que están atendiendo a jóvenes que llegan «con un sufrimiento emocional enorme» y «alteraciones físicas que comprometen su salud». «Lo más preocupante es que la edad de inicio se está adelantando: no es raro ver casos graves antes de los 12 años. La detección temprana marca la diferencia entre una recuperación sostenible y la cronificación», sostiene. 

Martínez denuncia además el creciente papel de las redes sociales como factor de riesgo. La comparación constante, los filtros que distorsionan la imagen y los contenidos que promueven dietas extremas o ideales corporales irreales, cree, aumentan la vulnerabilidad de los adolescentes. «La presencia continua de mensajes centrados en el cuerpo y la delgadez tiene un efecto directo en la autoestima de los menores. Detectamos que muchos jóvenes comienzan con conductas aparentemente normales, como dietas, retos y búsqueda de cuerpos imposibles, que acaban desembocando en patrones muy peligrosos», subraya la experta.

Un estudio de la Sociedad Española de Salud Pública y Administración Sanitaria (Sespas), publicado este jueves en su revista científica Gaceta Sanitaria, muestra que a partir de los 9 años se multiplica la presencia de los menores en redes sociales. El 62 % usan YouTube como principal forma de ocio audiovisual. La mitad consultan TikTok y un 17,5 % utilizan Instagram.