Patrocinado porPatrocinado por

¿Sabe cuánto vale un bosque? Una nueva herramienta desarrollada por el CSIC permite estimar su valor económico

M. Cedrón REDACCIÓN

SOSTENIBILIDAD

Martina Miser

Calcula, por ejemplo, cuánto dinero pierde la sociedad cuando se quema un monte o cuándo están sobreexplotados sus recursos naturales

08 abr 2021 . Actualizado a las 09:32 h.

¿Cuánto vale un bosque? La respuesta la da el investigador en el Instituto de Políticas y Bienes Públicos (IPP-CSIC) Pablo Campos al explicar que «vale lo que se consume de él porque esos espacios ofrecen una renta económica que se divide en dos partes que se suman. Por un lado está la renta privada, que es lo que el propietario puede recibir por la explotación de sus recursos; la otra es la renta pública, que sería lo que nos aporta el bosque al conjunto de la humanidad, desde el agua que cae por sus laderas al beneficio de poder pasear entre sus árboles». Para calcular ese valor o responder también a cuestiones como ¿qué nos aporta económicamente una carretera frente a un monte? o ¿cómo podemos tasar los servicios que ofrece al conjunto de la población un espacio natural? la Junta de Andalucía encargó el proyecto Valoración de la Renta y el Capital de los Montes de Andalucía (RECAMAN), liderado por el Grupo de Economía Ambiental del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC) y desarrollado con la contribución de 9 instituciones, entre las que se encuentran cuatro centros de investigación del CSIC, además del Museo Nacional de Ciencias Naturales (MNCN-CSIC). Ahora acaba de publicar en abierto un visor online georreferenciado de los recursos naturales biofísicos y económicos de los montes de esa comunidad para saber su valor, pero eso mismo que ahora se hace en Andalucía podría aplicarse en cualquier parte del mundo.

Porque RECAMAN, como explican desde el Museo Nacional de Ciencias Naturales, «constituye una respuesta metodológica recomendada por Naciones Unidas en la última versión de su manual de cuentas de los ecosistemas, aprobado este mes de marzo, para cuantificar los recursos naturales y biológicos a nivel mundial». Lo explica  Pablo Campos : «Hemos desarrollado una metodología para inventariar los recursos naturales, que van desde la extracción de madera a la captación de CO2, pasando por los beneficios recreativos que aportan los montes, revelando su valoración económica total. De momento, la hemos aplicado en Andalucía, pero es válida para cualquier rincón natural del planeta».

La investigación fue recogida, como comentan fuentes del Museo, en unos 25 artículos científicos, entre los que está uno publicado en Ecological Economics, donde  explican los indicadores de bienes y servicios que aportan los ecosistemas en zonas naturales. De hecho, los autores de este estudio han valorado más de 20 actividades llevadas a cabo en los montes. Desde la producción privada de madera, corcho o leña a la ganadería, la silvicultura de conservación, la caza o el autoconsumo ambiental de los propietarios. Además han tenido en cuenta los servicios recreativos, de preservación de la biodiversidad salvaje, la escorrentía del agua superficial embalsada, los servicios de conservación dle paisaje, recolección de setas o fijación de CO2. En este sentido, el profesor Campos apunta: «Para asegurarnos de que las valoraciones de los bienes y servicios públicos puedan sumarse con los productos privados se ha simulado la existencia de pagos directos de los consumidores por los bienes y servicios públicos que les aportan los montes».

Eduardo Moyano, investigador del Instituto de Estudios Sociales Avanzados (IESA-CSIC) comenta ademas que «para este trabajo se dio mucha importancia a la dimensión social del proyecto, que siempre tuvo un enfoque multidisciplinar. Para valorar los servicios con rigor, desde el IESA-CSIC se hizo una labor muy intensa de recogida y análisis de datos a través de encuestas a hogares, visitantes de espacios naturales, a cazadores...con objeto de medir el valor que daban a los recursos naturales».

Al mismo tiempo el investigador del MNCN, Mario Díaz, apunta que uno de «los grandes valores de este trabajo es que, además de ser una potente herramienta para analizar científicamente la compatibilidad de usos del territorio, muestra con cifras cuánto dinero pierde la sociedad cuando se quema un bosque o se sobreexplota un ecosistema. Es fácil saber cuánto gasta la Administración en mantener las áreas forestales. Lo que no se conoce tanto es qué parte del PIB corresponde a servicios ecosistémicos que ahora, gracias a esta herramienta, podemos estimar con rigor». De ahí que a su juicio la herramienta resulta importante para que la sociedad valore el patrimonio natural y sea consciente de que más allá de los valores emocionales, la naturaleza ofrece otros recursos de gran valor económico.