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El navegante solitario que «tropezó» con un pesquero

E. abuín REDACCIÓN / LA VOZ

SOMOS MAR

Martin Keruzoré | E. P.

Un regatista alemán de la Vendée Globe impactó contra el Hermanos Busto cuando este estaba faenando y se fue sin pararse a comprobar los daños

06 mar 2021 . Actualizado a las 05:00 h.

El alemán Boris Herrmann es uno de los navegantes que participaban en la Vendée Globe, una regata que consiste en dar la vuelta al mundo en solitario, sin escalas y sin asistencia. Tras partir de Les Sables-d'Olonne, girar el cabo de Buena Esperanza, navegar por Australia, pasar el cabo de Hornos, se acercaba ya a la meta. Llevaba 79 días de singladura y, según los recuentos, iba en tercera posición con su Seaexporer Yathc Club Monaco, con opciones de llevarse toda la gloria y los 200.000 euros del premio. El alemán acariciaba ya el sueño cuando se topó con un OFNI (objeto flotante no identificado). Solo que ese obstáculo no merecía esa N, sino una B de bien o P de perfectamente identificado. Era el Hermanos Busto. El pesquero, con base en Ondárroa, estaba faenando a unas cien millas de La Rochelle, virando el aparejo, cuando, de repente, sintió un topetazo y, acto seguido, sus tripulantes vieron el Seaexplorer enganchado a su casco, según narra Mundo Náutica en un número especial de su programa.

Sin perder tiempo

El regatista, sin mediar palabra, ni interesarse por la tripulación y sin siquiera pararse a evaluar los desperfectos en el valioso velero —el citado medio cifra en tres millones de euros lo que puede valer uno de ellos—, tras desengancharse continuó su travesía a toda velocidad. El pesquero intentó seguirlo, pero un velero hecho casi literalmente para volar sobre las aguas no es presa fácil para un palangrero que apenas desarrolla diez nudos de velocidad. Así que al barco no le quedó otra que desistir en la persecución y dar cuenta de los hechos a Salvamento Marítimo. Recibió el aviso el centro de Madrid, aunque la responsabilidad en esa zona correspondía a los franceses, donde recogieron el incidente: que un velero sin luces chocó contra ellos, que los tripulantes pudieron comprobar que había una persona a bordo, que realizaron varias llamadas sin obtener respuesta y que fueron tras la embarcación, por si tuviera algún problema pero esta huyó como alma que lleva el diablo.

No es de extrañar si se tiene en cuenta la buena posición que llevaba en la regata, que estaba a solo 80 millas de la meta y a que quería recuperar el tiempo perdido. Lo que ya no se entienden son las insinuaciones de que el pesquero llevaba apagado el AIS (Sistema de Identificación Automática), cosa que el Hermanos Busto negaron rotundamente y ofrecieron pruebas.

Finalmente Boris Herrmann confesaría, relata Mundo Náutica. Iba dormido. No estaba despierto. Si estaba soñando con ganar la Vendée Globe o no se desconoce, pero lo cierto es que acariciaba ese sueño. Cuando el topetazo, con 80 días y 20 horas, y una bonificación de seis por haberse desviado de la ruta para socorrer a otro participante que se vio en apuros, tenía opciones a la victoria. Sin embargo acabó quinto. El vencedor fue el francés Yannick Bestaven, que, casualmente, entró tercero en la meta, pero que, como Herrmann se beneficiaba de una bonificación —en su caso de 10 horas— por haber acudido también en auxilio de Kevin Escoffier.

Al comprobar su derrota, el navegante alemán se disculpó. Admitió el error de haber culpado al Hermanos Busto del choque y se puso en contacto con el armador. Según Mundo Náutica han quedado en verse: «Le he invitado a venir a Ondárroa y a que me cuente cosas de la Vendée Globe», contó Aitor Badiola, armador del pesquero.