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La vida marinera del pesquero La Panadera (1957-2001). De Lastres a Arrecife

josé pino

SOMOS MAR

ARCHIVO COFRADÍA DE CELEIRO

Protagonizó en el año 1973 la aventura de la pesca del pulpo con neumáticos en aguas del Sáhara

10 abr 2021 . Actualizado a las 12:10 h.

La Panadera fue construido en los astilleros zumaitarras de Arrizabalaga y Olasagasti S.R.C. (antiguos astilleros Eraso) que a mediados del siglo pasado eran los más importantes junto a los de Galarraga y Urbieta, más conocidos por astilleros Bedua, a orillas del río Urola. Puesta la quilla un 23 de enero de 1957 por encargo de los hermanos Garrido Moral (Luis, Jorge, Manuel Ramón, María de las Nieves, Aniceto, Isabel y Nicanor) de Lastres, botado el 3 de junio, pasa a los Talleres Yeregui Hermanos donde proceden a su montaje. Responde a la estética clásica de bonitera del Cantábrico, mide 21,30 metros de eslora por 5,32 metros de manga, con un puntal de 2,48 metros. Desplaza 57,10 toneladas de registro y se equipa con un motor diésel Yeregui del propio taller de Zumaya, de 150 HP de potencia a 500 r.p.m., que le confiere una velocidad máxima de 8,2 nudos. El barco se entrega el 30 de septiembre de 1957 a sus armadores, siendo foliado en el distrito de Lastres, su puerto base, con el número 622 y señal distintiva de llamada EA5829.

Tras dedicarse a labores denominadas artesanales o de bajura como el cerco, palangres y curricán, se vende para Celeiro en febrero de 1961 a los armadores Vicente Gómez García y Domingo Fernández García para sustituir a la lancha de pesca Domingo Fernández, que es adquirida por los hermanos Baltar Altesor de Bares. La Panadera la manda en este período de tiempo en nuestro puerto el patrón Eusebio Fernández Alonso (o socio) hijo del armador Domingo Fernández, hasta abril de 1967 que la sustituye el pesquero Nuevo Vicente María, procedente de su montaje en Bermeo.

Vendido a vecinos de Celeiro

El 21 de mayo de 1968 es vendida a los vecinos de Celeiro Santiago Travieso, dueño de los efectos navales que llevan su nombre, y José Díaz Carballés (Pepe da Casanova), dueño de una panadería en la parte alta del pueblo; ambos ajenos al mundo del mar pero que garantizan la continuidad del barco en el puerto. Se registra en el departamento marítimo de Viveiro y se folia FE-2-2760. Será mandado por José Travieso Basanta y, de motorista, su hermano Ramón (Pepe y Moncho de Teresa) dedicado a las labores de boniteo, bocarte e incluso a palangre de superficie; por la costa al espada, marrajo y quenlla.

La aventura sahariana finalizó con la venta del barco en Canarias

En el inicio del año 1973, el patrón de Pescanova, Orlando Maseda, en su paso a la nueva faceta de armador, tras dejar la pesca de gran altura y debido al retraso de la llegada de su futuro barco, el Navegante Magallanes, para su montaje como arrastrero marisquero con tangones en los Talleres Valiña de A Coruña, plantea a Santiago Travieso el alquiler por el plazo de un año del pesquero La Panadera, que está amarrado en espera del inicio de la campaña del bocarte, aceptando este la propuesta. Se contrata una tripulación de la zona y arrancha para una campaña de un mes en la misma tienda del armador. Orlando, como pescador minucioso e imaginativo, idea la posibilidad de pescar pulpo frente al Sáhara español con el mismo método que se había utilizado siempre en la ría. Se desplaza a Coruña y compra en la fábrica de pinturas Meldorf la cantidad de cuatro mil latas vacías de pintura, a las que se les coloca un peso de cemento en su parte inferior como lastre y se agujerean por su parte baja para desalojo del agua que permita a los cefalópodos entrar en el mismo.

Viaja a Santander y compra siete embarcaciones ligeras de tingladillo, tipo Taylor, para embarcar dos marineros cada uno y con su cantidad de latas asignadas enlazadas por un cabo madre formando un palangre para ser largados. Se hacen a la mar los doce tripulantes con destino a Las Palmas para tomar gas oíl y un último avituallamiento antes de dirigirse a las playas de pesca de Villacisneros actual ciudad de Dakla, se compran además siete fuerabordas para los botes.

Llegado al caladero frente a la entrada de Río de Oro donde acostumbraba a fondear el buque factoría Galicia de Pescanova, en la zona conocida como la Sarga, La Panadera despliega los botes que largan los palangres de latas de pintura. En el izado del arte descubren que se encuentran llenos de arena, las fuertes corrientes hacen rodar las latas y la arena no deja entrar el pulpo. Abandonan la primera intentona y se dirigen a Las Palmas, donde en gasolineras y desguaces cargan de cubiertas de neumáticos, sustituyendo a las latas, ya que la rueda coge arena por una parte pero la otra queda vacía al no rodar. Con los palangres de doscientas ruedas cada uno pescan cada dos días cantidades cercanas a los 750 kilos de pulpo que venden a Pescanova y descargan al Galicia. El peso de las ruedas y el deterioro de los cabos hacen que pierdan gran cantidad de neumáticos. Aprovechan además los trasmallos que llevan abordo y los largan donde trabajan al pulpo, pero la gran cantidad de pesca que malla y que no les sirve comercialmente, hacen que el izado abordo del barco y el desmalle sea muy laborioso. Sí dará resultado la largada de estas redes en poco fondo paralelos a la playa donde cargarán de centolla que venden a la Legión en Villacisneros, pero que dejarán el mercado saturado para una buena temporada.

Gastos y falta de material

Acuciado por los gastos y la falta de material abandonan a los tres meses de iniciada la aventura rumbo a Las Palmas. Orlando, siguiendo instrucciones del armador, consigue vender La Panadera en las islas a un conocido suyo, Constantino Petrica, un italiano comercializador de pescado, en mayo de 1973.

El barco se dedica a la pesca con redes gestionado por el armador Severino Betancort formando parte de la flotilla que abastece al buque factoría Ibaizabal, y en agosto de 1977 la compran para la isla de La Graciosa los hermanos José y Anastasio Toledo González que lo explotarán hasta junio del año 2001, que es desmantelado y dado de baja por hundimiento como biotopo, un mes después, por fuera de la Punta de la Tiñosa al sur de Lanzarote.