Jacobo Otero, homenajeado por toda una vida dedicada al centollo: «Ao mar non se lle dá descanso, e o mar tamén quere descansar»
SOMOS MAR
El marinero meco quiso compartir el reconocimiento de la Confraría de Pescadores de San Martiño con sus hermanos, ya fallecidos, Ángel y Alberto
28 nov 2025 . Actualizado a las 21:52 h.El grovense Jacobo Otero fue reconocido este viernes por la Confradía de Pescadores de San Martiño como uno de esos marineros que han dedicado toda su vida a la pesca del centollo, una distinción que el pósito entrega cada año a los más veteranos en estas lides aprovechando el concurso de Centola Viva que se celebra en la lonja meca.
Otero comenzó en el mar en 1967 en un barco de siete metros de eslora con sus hermanos, Ángel y Alberto, que fueron los que le enseñaron todo lo que sabe del oficio, y sobre todo, «a respetar o mar», cuenta. Agradecido al cabildo por haber pensado en él para reconocerle su labor, quiso dedicar, o compartir en cierta manera, el reconocimiento con sus hermanos, ya fallecidos.
Confesaba Otero que hacía años que no entraba en la lonja y se lamentaba por la poca cantidad de pescado que había, «a abundancia que había cando eu andaba o mar», explicaba. Pescó de todo, centollo, nécora, camarón, pescado… y asegura que antes no llegaba tanto crustáceo a tierra: «Antes iamos con 45 nasas, tres homes, agora nunha planeadora poden ir 200», señalaba. Las cosas, dice, cambiaron mucho, «o aparello que agora leva un barco era o que antes levaba toda a flota», e insiste, en que al mar no se le da descanso, «e o mar tamén quere descansar».