Iago Tomé, patrón mayor de Raxó: «A xente ten ansia por ir mariscar, pero a incerteza sobre o que haberá é a mesma»

La flota marisquera y las agrupaciones de a pie regresan este miércoles a la ría de Pontevedra, toda vez que se ha levantado la prohibición de faenar por marea roja que puso en jaque el trabajo en las playas a mediados de noviembre. Será también la primera vez que los barcos marisqueros faenen en la ría desde octubre, ya que las tripulaciones escogieron voluntariamente dejar pasar noviembre sin actuar en los arenales para facilitar, en la medida de lo posible, su estabilización. Esta ría aún no se ha recuperado de la mortandad masiva del otoño del 2023, cuando murieron casi todos los bivalvos adultos de los bancos. Por este motivo, las cuotas de esta antesala de la campaña de Navidad son muy reducidas en comparación con las cifras habituales.

El patrón mayor de Raxó, Iago Tomé, explica la situación en un ámbito que lleva dos años de severas dificultades por la falta de producto suficiente en los bancos. «A xente ten ansia por ir mariscar, pero a incerteza do que haberá é a mesma que en outubro», apunta el dirigente del pósito.

Tomé resalta que la flota marisquera lo está pasando peor aún que las mujeres que faenan a pie, porque el volumen de marisco en talla comercial es todavía más escaso que en las playas. Así pues, aunque hay ganas de ir a trabajar, hay dudas de qué es lo que se encontrarán cuando los raños bajen hasta la arena desde las embarcaciones.

«En novembro paramos, pero sabemos que non é un mes no que a ameixa creza moito», apunta, incidiendo en que los bivalvos se desarrollan más rápido cuando el agua está a mayor temperatura, circunstancia que no se cumple en otoño. Esta es la razón del relativo pesimismo del patrón mayor de Raxó. «A cousa non pinta ben e xa imos con esa idea, pero a ver que pasa», subraya.

Una situación muy anómala

El dirigente del pósito espera que los precios sean buenos y que la marea roja no vuelva a hacer acto de presencia este mes. El molusco de la ría pontevedresa estaba encontrando buen valor antes de los paros, aunque en el sector se admite que, con unos topes tan exiguos, la campaña de Navidad podría no notarse tanto en las cifras de negocio de la lonja de Campelo, que es la rula que concentra sus ventas.

En cuanto al sector de a pie, los cupos son también «muy pequeños», como destaca el patrón mayor de San Telmo, César Rodríguez, que ahonda en la misma inquietud que su homólogo de Raxó, tanto sobre el volumen de capturas como sobre la cotización posterior en lonja.

Esta semana las mariscadoras de la ría de Pontevedra bajarán a las playas tres días —miércoles, jueves y viernes—, trabajando unas en el Ameixal (el banco situado frente a Lourido, en Poio), y una cifra menor en Os Praceres, en la orilla sur de la ría. Esta es, en sí misma, una muestra de la inusual situación en la que se encuentra el marisqueo en esta comarca. En circunstancias normales sería Os Praceres el principal banco de almeja, pero la incidencia de la mortandad del 2023 fue tan desastrosa que cuesta cubrir las pequeñas cuotas de fina y japónica. O Ameixal se comportó, al menos por ahora, mejor.

Pendientes de que las lluvias no repitan el estrago del 2023

Este otoño está lloviendo con intensidad en Galicia, lo que hace que las cofradías estén siempre muy pendientes del cielo. En otoño del 2023 las lluvias fueron fuertes y continuadas en el tiempo y eso provocó la caída de la salinidad que acabó matando al marisco, incapaz de sobrevivir a un período tan largo de agua dulce en la zona más interior de la ría. Por ahora, y sobre este año, los pósitos esperan que no se repita. Rodríguez indica: «Mientras llueva y pare, no hay tanto problema como en el 2023, que fue un año que no paraba de llover en días».

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