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Virus de destrucción masiva

Javier Armesto Andrés
Javier Armesto CRÓNICAS DEL GRAFENO

OCIO@

18 may 2017 . Actualizado a las 08:03 h.

El origen del virus WannaCry hay que buscarlo en el mismo sitio que las armas de destrucción masiva en Irak: en la imaginación calenturienta del Gobierno de Estados Unidos, que con la ayuda de potentes grupos mediáticos ha difundido la versión -igual de maliciosa que el software- de que detrás del ataque está Corea del Norte. Da igual que los principales analistas y compañías de seguridad informática hayan identificado el exploit Eternal Blue (la secuencia de datos y comandos que aprovecha una vulnerabilidad de Windows) como la herramienta utilizada por los hackers para desarrollar el ransomware que ha infectado cientos de miles de ordenadores; da igual que ese exploit fuera almacenado por la NSA y ¿robado? por un grupo de ciberterroristas especializados en métodos de encriptación denominado Equation Group; da igual que este grupo esté vinculado con cientos de ataques de malware en al menos 50 países, aunque sus principales objetivos han sido Irán, Rusia, Siria o Afganistán. Todo eso es irrelevante ante una evidencia irrefutable: la culpa es de Corea del Norte y de su orondo líder supremo.

Probablemente Pyongyang también sea responsable del secuestro de la película Piratas del Caribe 5, y es que se rumorea que Kim Jong-un estaría disgustado con la actuación de Javier Bardem, un malo tan malo que ensombrece su papel como villano mundial. Lo sé de buena tinta, lo han insinuado Disney y el FBI y lo he leído por ahí...

Resulta cómico que los mismos medios que acusan a Trump de montar una realidad paralela contribuyan a esas teorías conspiranoicas que se propagan desde su sorprendente victoria en las elecciones norteamericanas. Vivimos una nueva Guerra Fría en la que el muro es la desinformación. Por ejemplo, se ha dicho que este ha sido el primer ciberataque mundial y solo el año pasado hubo más de 450.000 episodios similares a WannaCry, y en el 2015 la cifra rondó los 340.000. El ransomware no es algo nuevo: Alcatraz Locker, BadBlock, Crypt888, CrySiS, Globe, Legion, NoobCrypt, SZFLocker o TeslaCrypt son otras versiones de esta forma de chantaje digital, a las que las empresas de antivirus y fabricantes de software deben hacer frente de inmediato actualizando sus herramientas de limpieza. Curiosamente, el incremento del ransomware ha ido de la mano de un aumento en la cotización del bitcoin: en agosto del 2015 equivalía a 250 euros y hoy la moneda virtual ya vale más de 1.600 euros. ¿Por qué no se investiga esto? No hay virus más dañino que la ignorancia.