Además de oficinas, la propiedad incluye amplios espacios comerciales, incluido el Chelsea Market, un popular destino de restaurantes y tiendas, conocido también por ser el lugar donde nacieron las galletas Oreo.
La compañía tecnológica tiene una amplia presencia en esa zona del Bajo Manhattan, donde se sitúa su sede principal en Nueva York, un edificio por el que pagó 1.770 millones de dólares en el 2010.