Saúl Craviotto: «Me dejé un dineral increíble para practicar en casa el menú ganador de "MasterChef Celebrity"»

Patricia Calveiro Iglesias
P. Calveiro REDACCIÓN / LA VOZ

TELEVISIÓN

La constancia del piragüista olímpico entre fogones le sirvió un nuevo oro, el de la segunda edición del concurso

23 nov 2017 . Actualizado a las 09:41 h.

Saúl Craviotto (Lérida, 1984) ha alzado un nuevo oro en su carrera, esta vez entre fogones, al convertirse en el ganador de la segunda edición de MasterChef Celebrity gracias a su constancia. El piragüista olímpico dice que esta «ha sido una experiencia brutal, inolvidable. Me ha enseñado conocimiento culinario ya de por vida y a moverme en la televisión, algo a lo que no estaba acostumbrado. Además, he hecho unos grandes amigos».

-¿Cómo definiría su paso por «MasterChef Celebrity»?

-Creo que me he definido como un concursante constante, trabajador y luchador.

-¿Qué siente uno al recibir los halagos de grandes como Quique Dacosta y Martín Berasategui?

-Se te pone la piel de gallina, es una sensación indescriptible que dos maestros como esos digan que tu plato es digno de un restaurante con estrella Michelin. Te quedas de piedra, porque todo fueron halagos, tanto para Silvia como para mí. Parece que le pusimos difícil la elección. Al final la balanza se decantó por mí, pero la verdad es que podía haber ganado cualquiera de los dos.

-Se ha entrenado con un chef profesional fuera de cámaras, Marcos Morán, ¿cuál es el mejor consejo que le dio?

-Ir paso a paso y que no empezara la casa por la ventana. El primer día que empecé con él me trajo un bol lleno de cebollas y me tuvo pelando toda la mañana. Con la primera recuerdo que tardé un montón, me quedaron unos cachos gordos y otros finos... pero cuando llevaba 40 ya lo hacía con una soltura increíble. Es un ejemplo de que hay que ir poco a poco para alcanzar metas altas.

-Ha dicho que preparó el menú ganador once veces en cinco días, ¿quién era el conejillo de indias para comérselo, una y otra vez?

-Mi pobre mujer es la que ha tenido que comer becada durante cinco días. Y yo no sé ni cuánto me gasté. El roner que me compré para hacer el rey a baja temperatura ya me habrá costado unos 600 euros, compré diez piezas de pescado y otras doce becadas... O sea, me dejé un dineral increíble para practicar en casa el menú ganador, pero mereció la pena.

-Apelando a su trabajo como policía, ¿qué plato metería entre rejas para no verlo nunca más?

-Ahora que lo dices, se me cruzó un poco la trucha. Precisamente en Galicia, en una prueba de exteriores. Me tocó limpiar 30 o 40 truchas y lo pasé fatal: desescamando, sacándole las tripas... Acabé de truchas hasta arriba. Esa noche hasta soñé con ellas. Ahora tengo las truchas un poco vetadas, la verdad, aunque mira que me gustan.

-Ha podido experimentar con nuevos sabores, pero ¿a qué saben los besos de Eva González?

-Saben a problemas. La verdad es que tuvo mucha repercusión pero lo cierto es que ahí nos besamos todos. Ha sido un programa muy besucón: Anabel (Alonso) con Jordi (Cruz), Pepe (Rodríguez) con Bibiana... Hubo besos de todo tipo. Lo que pasa es que al mío se le dio más bombo porque fue rollo película, pero no pasó nada en realidad.

-Casi todos han acabado con heridas de guerra. ¿Se lleva alguna de recuerdo para la posteridad?

-Soy el sucesor de Cayetana (Guillén Cuervo), el que más heridas se hizo. Tengo varias cicatrices. De hecho, el primer día ya me hice un corte de casi un centímetro en el dedo meñique con una papilla. Es un buen recuerdo.

«Quiero centrarme en el aspecto deportivo y no se puede compaginar con la farándula»

Craviotto obtuvo como ganador 75.000 euros, que eligió donar a la Fundación Aladina, que cumple los sueños de niños con cáncer. «Al ser padre, imagino que estoy más concienciado con el tema infantil y la balanza se decantó hacia ellos porque creo que es una causa preciosa», indica.

-Ha dicho que nunca iría a «Supervivientes». ¿Y en algún otro concurso de televisión?

-De momento no. Ahora quiero centrarme en el aspecto deportivo y no se puede compaginar con la farándula y la televisión. El deportista tiene que comer bien, tener sus horas de descanso, de entrenamiento... De cara a los próximos dos años y medio mi idea es llegar a Tokio. Quiero ir a por esa quinta medalla olímpica.

-Entonces, ¿solo sacará en casa partido a su don entre fogones?

-Ahora ya me atrevo el fin de semana a hacer cosillas. Este año me va a tocar hacer el menú de Navidad, espero que mi familia no sea tan dura como el jurado de MasterChef, pero por ahora todo en casa. Quién sabe en un futuro. Ya me han dicho varios por qué no monto un restaurante. Al final me están despertando el gusanillo...

-¿Podría ser un plan de jubilación junto al servicio policial cuando toque aparcar la piragua?

-La verdad es que la piragua no va a ser para siempre. Me quedan dos o tres años de carrera deportiva y, aunque tengo mi profesión como policía no sé dónde voy a acabar. Me gustaría que fuese con algo relacionado con el deporte, pero la vida da muchas vueltas.