Sidnei enseña la mercancía

TORRE DE MARATHÓN

JULIO MUÑOZ | EFE

El brasileño cuaja su mejor partido en muchos meses ante un Sevilla que lo quiso fichar en verano

03 dic 2017 . Actualizado a las 23:28 h.

Al Sevilla le urge un central. Alguien que ocupe el puesto que ayer asumió Geis, incómodo tras su reconversión. El alemán es un centrocampista incrustado en la zaga por necesidad. Una falta de defensas que ya detectaron este verano en el Pizjuán. Acabaron fichando a Kjaer por 11 millones, pero antes preguntaron en A Coruña. Tino Fernández fue contundente en su respuesta, hecha pública en el ABC local: «Al Deportivo no le interesa que salga Sidnei». El brasileño sigue vestido de blanquiazul, un poco porque se necesitaban sus servicios y otro poco porque no obtuvo a tiempo su doble nacionalidad. Y este último es un problema para conjuntos ingleses, por ejemplo, pero entonces lo era menos para el de la ciudad andaluza, donde hay un extracomunitario que no cuenta (Montoya), otro que cuenta poco (Ganso), y un tercero que cuenta bastante, pero aún no vale lo que costó (Muriel). Ahora que la llegada de Arana (lateral zurdo comprado al Corinthians) cierra puertas a esta opción, el zaguero de Alegrete quiso demostrarle al postor qué fue lo que dejó escapar.

Sidnei se recuperó a tiempo para formar ante ese equipo en el que Pareja y Carriço son baja constante, y ya hecho el esfuerzo lo redondeó con una soberbia actuación.

En un duelo en el que la línea más próxima a Rubén fue con diferencia la que más participó (los cuatro defensas están entre los cinco jugadores que más veces tocaron el balón), el brasileño fue el de mayor acierto en el pase (84,6%) y el que más balones despejó (ocho). Auxilió a Navarro frente a las incursiones de Sarabia, y anuló por el centro a Ben Yedder. El francés apenas tocó balón (el que menos entre quienes completaron el choque) y solo acertó con la meta gracias a uno de los preocupantes despistes de Schär al tirar el fuera de juego.

Mezclan bien, el brasileño y el suizo, pero el equipo sigue siendo incapaz de cerrar encuentros sin encajar gol. Los errores individuales volvieron a castigar al colectivo y se mantiene esa fatal sensación de inconsistencia que remite a tantas campañas en las que hubo que sufrir hasta el final. «Cuando se hace un buen trabajo y no se logra el objetivo es complicado. Tenemos que seguir trabajando, que aún queda mucho», manifestó Sidnei, el mejor de los visitantes al valorar la derrota. Su regreso, allí donde fue deseado, es la única buena noticia que salió ayer del Pizjuán.