Me llamó la atención el gran número de cambios de Seedorf respecto a la etapa de Cristóbal, y me resultó chocante que Bakkali fuese uno de los elegidos para volver al equipo por delante de Cartabia o Carles Gil. No sé si la decisión partió de él o de sus compañeros, pero lo ha tenido muy claro. Cualquiera de estos son jugadores desequilibrantes, pequeños, de regate y conducción, pero no fuertes defensivamente. Hasta ahora el rendimiento de Bakkali fue muy intermitente, pero de repente vuelve y aporta lo que ya quería en su momento Cristóbal de los jugadores de banda: uno contra uno o llegadas de dos para dos, desequilibrio y ayuda defensiva al lateral. En este sentido, el belga está haciendo bien las cosas y siendo protagonista a pierna cambiada, pero la situación del equipo no es la mejor y los compañeros tampoco lo están acompañando mucho.
Me está gustando su aportación, pero no está teniendo suerte y estoy echando en falta alguien a su lado para darle líneas de pase y más posibilidades en ataque. No creo que sea un jugador individualista, esa característica de agachar la cabeza y buscar el desequilibrio es una de las pautas que muchas veces se marcan desde el banquillo.
En este momento, más que a jugadores concretos, el Dépor necesita al conjunto. Cada uno debe aportar el máximo de sus posibilidades, pero es la suma la que debe predominar sobre la aportación individual. El sábado pasado, Bakkali fue el más desequilibrante, incluso tuvo un tiro al poste, pero no llegó con su aportación, se necesitan más jugadores implicados. No puede aparecer uno y desaparecer los demás. El problema es el conjunto, Bakkali es un buen futbolista y puede ser importante con Seedorf, pero con él no basta. La remontada en la clasificación es una labor colectiva, y por ahora en el Dépor no se ve un equipo.