Paso a paso hasta la derrota final

Xurxo Fernández Fernández
X. Fernández REDACCIÓN

TORRE DE MARATHÓN

Lucas falló su ocasión más clara en el minuto 8
Lucas falló su ocasión más clara en el minuto 8 J.P.GANDUL / EFE

Desde el mano a mano fallado por Lucas, el Deportivo se fue desintegrando ante la nada del Leganés

21 abr 2018 . Actualizado a las 17:11 h.

Quería Seedorf un partido como cualquiera. Y lo tuvo. Uno igual de feo que tantos otros de esta campaña. Uno con ocasión dilapidada, futbolistas desactivados y reemplazos de escayola que abultan el acta sin molestar. Un caminar desesperadamente lento hacia la derrota final; si no en el marcador, sí en el resultado.

El Deportivo ha sido incapaz esta campaña de combinar eficacia y solidez, y cuando ha podido elegir entre una u otra lo ha hecho siempre mal. Ayer apostó un instante a la primera y se arrepintió al segundo revés. Lucas se fabricó la de siempre, con lo único que no ha perdido respecto a su anterior versión. La astucia le señaló el momento de atacar a Siovas, último hombre del Lega, desprevenido ante una bota aparecida en un espacio a su espalda donde no se concebía rival. Se generó así el coruñés otra ocasión de fallar y no falló. Tampoco después. Hizo, obediente, lo que en un partido cualquiera: todo bien hasta el final.

Y hasta ahí, minuto ocho de un encuentro a vida o muerte, demostraron los coruñeses algún interés por ganar. En la hora y media que restaba se dedicaron a no perder. Magistral Albentosa en esa suerte. Si es cierto su propósito de no abandonar la ciudad, Seedorf podrá apuntarse el mérito de haber recuperado un buen central para Segunda. Hasta un portero para Segunda puede haber recuperado el holandés a fuerza de insistir. La puerta volvió a quedar a cero para señalar el día de la renovación automática de Rubén.

La estrategia del míster ha funcionado en lo que respecta a la primera unidad. Once jugadores en su mejor momento de la temporada; pero el mejor momento de once futbolistas de un equipo en descenso no garantiza una salvación. Todo lo más una agonía que puede resultar vistosa en choques como el de Bilbao o el de Riazor ante el Sevilla, y dar grima en otros como el de ayer.

Ese bloque sólido lo ha pagado en carne: la de cualquier agitador que pueda necesitar. Nadie que rompa líneas sin Çolak, nadie que espabile al equipo cuando aburre incluso en su estertor. Un equipo cualquiera. Vulgar.