Quique González, goles para el Dépor

Xurxo Fernández Fernández
X. Fernández A CORUÑA

TORRE DE MARATHÓN

JESUS CASO / DIARIO DE NAVARRA

El club invierte 1,7 millones en fichar del Osasuna al punta Quique González, ya pretendido por el director deportivo en su etapa en el Levante y a quien elogian por su disparo y su calidad humana

21 jul 2018 . Actualizado a las 23:07 h.

De Quique cuentan que es rápido, que le pega duro con ambas piernas, que su izquierda es un cañón y que de su metro setenta y cinco es capaz de sacar un buen remate de cabeza. Cuentan que se cuida y trabaja duro; que conoce la esquina, aunque no es su lugar en el campo. Pero para escuchar todo eso hay que oír hablar primero del compañero ejemplar, del pupilo perfecto. Así pintan quienes compartieron con él vestuario al nuevo punta del Dépor, capricho antiguo de Carmelo del Pozo, cuyo interés burló hace un año el Osasuna dejando un resquicio en el contrato que ahora ha aprovechado el director deportivo blanquiazul para traérselo, por 1,7 millones de euros, a jugar en A Coruña.

Eso ha costado reclutar por cuatro temporadas a un delantero de 28 años y 39 goles en casi 150 partidos de Segunda. «Quique era uno de los delanteros más cotizados de la categoría y quería esperar a tener ofertas de Primera. Viajé a Valladolid y me reuní con su familia para convencerle. Su agente puso esa condición sobre la cláusula», detallaba ayer Braulio Vázquez, responsable de la política de fichajes del Osasuna, para explicar cómo el precio del ariete se redujo solo durante esta semana a un tercio de los cinco millones que costaba hasta el 2021.

La cita en la capital castellana no fue casual, porque allí nació y creció, también como futbolista, Quique González. Fue precoz en cada salto de categoría y siendo juvenil de primer año se enroló en el División de Honor que dirigía Paco de la Fuente. «Alternaba la posición de delantero centro con la de extremo y la de segunda punta, que es donde mejor rindió. Le falta algo de desborde, pero es muy rápido. Golpea con ambas piernas y se mueve bien entre líneas. Ha ido mejorando la definición porque perdía bastantes ocasiones de cara a puerta», resume el técnico, que también entrenó al ariete en el filial blanquivioleta: «Fue un año difícil, de renovación total y gente muy joven, y acabamos descendiendo, pero él fue de los pocos que destacaron». En esas circunstancias lució su carácter; el de un chaval «extrovertido, con la cabeza muy bien amueblada. El jugador ideal para un entrenador»

A Zorrilla no volvió más como local después de unos escarceos en el Logroñés y el Guijuelo. Se fue a Guadalajara y allí impresionó desde el primer día. «Llegó al equipo un viernes y el domingo ya jugó y marcó en una falta escorada. Tiene un cañón en la izquierda», alaba Javi López, ahora en el Pontevedra, y entonces testigo de la excelente campaña de 23 goles del delantero. «Nos dio la vida esa temporada (la 2013-2014)», sostiene el centrocampista, convencido de que su excompañero «es jugador de Primera».

No le desmiente Javi Pinillos, actual preparador de porteros del Racing de Santander, que dirigía el equipo cántabro en enero del 2015, cuando recaló allí Quique, cedido por el Almería. «Es un delantero que me encanta. Tiene buen disparo , es muy sacrificado y marca bien los tiempos en el remate de cabeza», resume el míster. «Es una persona excepcional, de esos con los que da gusto coincidir en esta profesión», añade antes de elogiar la versatilidad del nuevo atacante del Dépor: «Con nosotros jugó hasta de interior».

Tanto vaivén de centro a banda descoloca sin embargo al pucelano, defiende Miguel Corona, veterano en el equipo de los Juegos del Mediterráneo cuando Quique regresó del préstamo en El Sardinero. Pero antes de hablar de eso, quiere aclarar: «Él y yo nunca fuimos amigos, nunca nos fuimos de cena. Ni él vino a mi boda ni yo a la suya. Cuento esto para que se entienda que no estoy condicionado al decir que es un compañero diez y un profesional diez. Un ejemplo de compromiso con el grupo y con la camiseta del club que defiende».

Entonces, sí, Corona abunda: «Tiene que jugar muy cerca del área. Cuánto más lo alejes, peor para él y para el equipo. Tiene un golpeo de zurda súper potente y seco. Juega muy bien sin balón y trabaja mucho en defensa».

Resumen a cuatro voces del quinto fichaje del verano, autor de cinco tantos en Pamplona durante su curso más discreto, exiliado en banda. Lejos de los 16 por campaña acumulados durante las dos completas en Almería.

Al pasado se agarra Del Pozo para pagar tan caro ese carácter solidario y compromiso que están funcionando como vara de medir en la criba del vestuario. Primero vendrá la calma y después la vuelta a los días de gloria de Valle, Santos y Quique González. Será coger sus trece goles de la 2017-2018 y hacer una delantera para el ascenso bueno. Mítica.