El rombo de Natxo pierde esquinas

TORRE DE MARATHÓN

VÍTOR MEJUTO

El traspaso de Celso Borges y la posible salida de Krohn-Dehli obligan al Deportivo a acudir al mercado en busca de interiores de garantías, más allá de la utilidad de Diego Caballo en la plaza

16 ago 2018 . Actualizado a las 00:02 h.

Fue todo a la carrera. Llegó a la ciudad deportiva de Abegondo sobre las 10, se despidió de sus compañeros en la zona de vestuarios y media hora más tarde abandonó por última vez las instalaciones blanquiazules para regresar a casa y dejar todo listo antes de volar hacia Turquía. Allí esperaba el Göztepe, nuevo equipo de Celso Borges, quien a última hora del lunes firmó la rescisión de su contrato con el Deportivo a cambio de 1,3 millones de euros. Si no hay cambios, hoy estrenará contrato y debutará ya este fin de semana en el conjunto de Esmirna, que en la primera jornada vio cómo le expulsaban a sus dos centrocampistas titulares y debe enfrentarse sucesivamente al Galatasaray y al Fenerbahçe. La salida del internacional costarricense se traduce en un sustancial ingreso económico para el club coruñés, pero también en un importante hueco dentro del esquema de Natxo González.

Carmelo del Pozo trabó dentro de lo posible la salida del tico, consciente de que podría marcar diferencias en la medular deportivista en Segunda. La pasada campaña hizo tres goles y repartió tres asistencias en Primera (quince tantos sumaba desde su llegada en enero del 2015), colándose de nuevo (segundo curso consecutivo) en el podio de futbolistas con más disputas ganadas por alto en la Liga. La fructífera presencia del internacional en ambas áreas, su rigor táctico y su capacidad para el desplazamiento en largo lo convertían en pieza clave para el actual proyecto; sus virtudes le distinguen de Bergantiños, Mosquera y Expósito. Descartado Guilherme, al margen incluso de los amistosos, Krohn Dehli es ahora el único especialista de atributos claramente distintos a los de los coruñeses y el exfabrilista, y el futuro del veterano jugador danés también está en el aire.

Por ahí puede resultar de utilidad la incorporación al primer equipo de Diego Caballo, quien rindió con nota en la plaza de interior durante los amistosos de pretemporada. La versatilidad del salmantino permitiría incluso a Del Pozo trampear su propia fórmula. «Habrá dos muy buenos por puesto para competir (...). En este caso serán seis mediocentros porque juega con tres por dentro», manifestó hace un mes el director deportivo refiriéndose al sistema del nuevo míster.

Dos vértices con recorrido

El propio Natxo González abundó la semana pasada en esa idea al retratar la zona que calificó de más «original» dentro de su plan: «Pusimos encima de la mesa la idea que queríamos y a partir de ahí había que traer jugadores para ejecutarla. Un pivote de características concretas, dos vértices que te hagan once o doce kilómetros por partido y un mediapunta con muchas repeticiones a alta intensidad». Sobran candidatos a ejercer de pivote, cada uno con sus cosas, y faltan quienes interpreten el papel de sacrificado atleta en los costados del rombo.

Incluso si Krohn-Dehli se queda en A Coruña, se cuenta a Caballo entre los aspirantes a la plaza, y se pulen las condiciones de alguno de los restantes centrocampistas habría que contratar a un jugador con las cualidades que el entrenador demanda en sus «dos vértices». Alguien con piernas y pulmones para abarcar mucho campo en vertical, pero también en horizontal, ya que las frecuentes incorporaciones de los carrileros dejan muchos metros de césped libre a sus espaldas. Bergantiños y Mosquera se han probado en el puesto durante los amistosos de verano sin que ninguno mejore el rendimiento que ofrecen cuando actúan justo por delante de los centrales. El club coruñés, que solo ha invertido 1,7 millones en refuerzos, ha sumado 1,3 a la cantidad disponible para disimular el roto en el rombo.