En el buen camino

jose manuel fernández

TORRE DE MARATHÓN

MARCOS MIGUEZ

25 sep 2018 . Actualizado a las 05:00 h.

Correcto y con más ritmo que en jornadas anteriores, el Dépor mejora, aunque le cueste superar algunas dudas en el área rival y no sea capaz de sortear el sufrimiento de última hora. Dominó a un rival que llegó a Riazor en racha y no sufrió en campo propio, pero le faltó pegada en el primer tiempo, chispa para haber resuelto por la vía rápida un partido que controló con suficiencia. El choque resuelve además unas cuantas dudas. Al menos en Riazor, Natxo González prefiere dos jugadores de ataque con movilidad -Carlos Fernández y Quique González- y puede confiar en Saúl; por lo visto ayer, su ostracismo resulta aún más sorprendente. El lateral cántabro habla el mismo idioma que Vicente, con el que parece haber comenzado una productiva sociedad, llega a la línea de fondo y su pie izquierdo deja pocas dudas.

Firme atrás -consolidada la pareja de centrales-, el conjunto coruñés solo sufrió en el arreón final de un Granada aseado en las formas, pero tímido en ataque. Mosquera parece pedir tiempo para recuperar definitivamente el ritmo, el mismo que demanda Didier Moreno para encontrarse, mientras que Vicente Gómez se ha afianzado, además de conectar con la grada y Expósito es uno más. En Carlos Fernández se intuye bastante más de lo que ha ofrecido y Quique González apunta a su mejor temporada ante la portería rival.

A estas alturas, suficiente.