En la primera parte del partido el equipo me dejó bastante satisfecho y se acercó al Deportivo que yo espero. Incluido el cambio de sistema, porque entiendo que el tipo de jugadores de ataque se adapta mejor al 1-4-1-4-1, que al sistema del rombo. Solo le pondría el matiz de que por la izquierda se dispusiese de un jugador un poco más especialista en esta posición, porque a Borja Valle le cuesta jugar ahí.
Es un esquema más natural para el equipo, pero en esta afirmación reconozco que tiene mucho que ver mi gusto personal. Si el Dépor juega así, permite a Fede Cartabia trazar diagonales y habilitar un pasillo para el lateral. Es un sistema que se adapta bien a la actual configuración de la plantilla y también da consistencia a la hora de defender. Los tres mediocentros intercambiaron constantemente sus posiciones y a mí personalmente me gustó mucho, sobre todo en la primera parte. Luego, al inicio de la segunda, concedió demasiado la iniciativa al Albacete, pero después del segundo gol ya no hubo partido.
En el aspecto individual me gustó mucho Cartabia, la evolución de Caballo, que ya no es solo un lateral de llegada y poner el centro, sino que también pasa y combina, y Edu Expósito dio un paso adelante a la hora de sumarse al ataque o dar pausa cuando el juego lo requería. Entre unos y otros la imagen del equipo volvió a ser la que había perdido en los últimos partidos.
Si el Deportivo sostiene este rendimiento en el tiempo, no debe estar preocupado de lo que hagan los demás. Es más, me gustaría que mantuviese esta identidad y que no la pierda independientemente del rival que tenga en el campo, que es un defecto que ha sufrido en la primera vuelta. Si el equipo juega más a ser él mismo, se ha demostrado que ninguno va ser superior a él.