Hubo un primer tiempo muy competido, con un buen disparo de Cartabia, pero muchas malas decisiones en ataque para el Dépor. Todo cambió con el gol de Quique, que cumplió la máxima de que un partido entre dos equipos tan parejos como estos se resolvería por detalles. A partir de ahí faltó ese desmarque de ruptura definitivo de Valle, Cartabia o el propio Quique que en un mano a mano con el portero hubiesen resuelto el triunfo. Pero se llegó al final con la entrada de Puertas en un Granada que empezó a colgar balones, a provocar agobios y mucho barullo en el área deportivista. Lo más importante de estos tres puntos de oro es que el equipo compitió bien, porque está claro que hay que sufrir para ganar a un rival que hasta ayer llevaba muchas jornadas por encima del Deportivo. En el fútbol todas las conquistan solo se dan así y siempre cuesta defender el botín que tienes. Sobre todo cuando es tan importante como el de ayer, porque sirve para adelantarlo en la clasificación y superarle definitivamente en el golaveraje particular.
El triunfo refuerza la trayectoria del Dépor, que venía de ganar en Gijón, y ahora tiene que pensar en volver a ganar en casa. Con estos 46 puntos no se asciende ni se juega promoción. Natxo González ha sabido corregir los errores que su equipo cometía. Lo mejor del Granada son las bandas y con el sistema anterior nos creaban muchas dificultades por ahí: se dejaba que laterales contrarios atacasen y costaba no encajar un gol. El Deportivo ahora se tapa mejor. Además, dispone de amplitud y más opciones para atacar y defender. El fichaje de Nahuel ha venido a refrendar esta idea. A la espera de que recuperar a algunos de los lesionados, el equipo sigue mejorando colectivamente y sumando puntos tan importantes como estos.