El lateral comparece por fin para referirse a sus difíciles años en A Coruña, detallar que sigue con el sueldo embargado y mostrar su deseo de continuar
23 feb 2019 . Actualizado a las 13:21 h.Hace varias semanas, los medios que informan sobre el Deportivo recurrieron a una solución desesperada intentando obrar el milagro de sentar delante de un micro al único mudo del plantel. Tras un pacto rápido, alcanzado sin disensiones, Saúl fue nominado para el premio a jugador del mes. La candidatura reconocía además el sorprendente papel del cántabro en el carril izquierdo ?la sorpresa empezaba en verlo jugar de blanquiazul?. Pero la democracia frustró el sagaz intento y los aficionados eligieron como el mejor de noviembre a Dani Giménez, un fijo en sala de prensa. El lateral quedó segundo y la oportunidad pareció perdida hasta que este miércoles el club compartió por primera vez una noticia por whatsapp. Saúl iba a hablar. Así, sin más.
«Quiero normalizar un poco la situación», justificó el jugador durante su intervención de ayer, reconociendo lo extraordinario de cuanto ha rodeado su(s) paso(s) por el Dépor. Tránsito que solo se explica en esa reflexión con la que García Márquez emparentaba su realismo mágico con la cotidianeidad gallega, también en los asuntos del balompié. «[Una parte de] mi nómina aún está siendo embargada», admitió cerca de las 11 quien poco después de las 10.30 había proclamado su intención de mantenerse fiel a la entidad que antes denunció: «Ya se lo dije a Carmelo en su momento, que yo estaría contento de poder seguir. He dado muchas vueltas en mi vida y sufrido mucho de un sitio para otro y me gustaría tener estabilidad. Por qué no aquí».
La querella, interpuesta por el Valladolid por una presunta duplicidad de contratos, se resolvió a favor del futbolista sin dañar al club coruñés. El único condenado fue un representante, Eugenio Botas, con quien Saúl no ha vuelto a hablar: «Mi relación con él es solo judicial». Pero el cántabro aún ve retenida parte de su nómina. «Son circunstancias con las que hay que convivir, tirar hacia adelante y pensar en el presente, en que eso se solucionará y esperemos que lo haga pronto, como parece ser», razonó en su primera intervención pública esta campaña. En las anteriores acudió dos veces a zona mixta. Siempre en pretemporada.
La extinción en silencio parecía su sino en A Coruña hasta que la carambola de la doble lesión de Caballo y Dubarbier le convirtió en titular. «Para mí fue mucha suerte. Yo trabajaba en el día a día para jugar pero sé que si esas circunstancias no se hubiesen dado al final no habría jugado aquí ni un minuto. Cuando no jugaba trabajaba lo mismo que ahora, igual que otros compañeros que están esperando su oportunidad», sostuvo, solidario con quienes pasan por donde él pasó. Un lugar complicado: «He tenido que superar muchos problemas que me han ido acompañando. Todo el mundo conoce cómo ha sido mi situación en el Dépor y tampoco es fácil estar cada seis meses en un sitio, además del proceso judicial que se ha extendido a los largo de estos años. Al final afrontas el día a día de una forma diferente y tiras hacia adelante porque no te queda otro camino».
El que le ha llevado a desprenderse de agentes ?detalló que es un amigo quien lleva la negociación sobre su futuro? y a esperar un movimiento del equipo que tantas veces le abrió la puerta para salir ?«el club tiene la intención de no mantener conversaciones hasta final de temporada», comunicó?. Él responde así: «Le voy a dar prioridad al Deportivo. Ha habido interés de otros clubes pero mi cabeza está aquí». ¿Por qué? «La felicidad es muy importante, esa es una de las cosas de las que me he dado cuenta. Aquí puedo tener una estabilidad, hay gente que me importa, puede ser un punto de inflexión, y para mí eso es muy importante en el día a día. Eso me da fuerzas para seguir». Y hablar.