Desde hace dos años el césped es mejor, pero sigue habiendo diferencia

Pablo Álvarez EXJUGADOR DEL DEPORTIVO Y DEL LANGREO Y ACTUAL SEGUNDO ENTRENADOR DEL MIRANDÉS

TORRE DE MARATHÓN

Jugadores del Langreo, durante su partido ante el Racing de Ferrol
Jugadores del Langreo, durante su partido ante el Racing de Ferrol JOSE PARDO

10 abr 2021 . Actualizado a las 05:00 h.

El de Ganzábal es un campo con mucha tradición en Asturias, muy reconocido porque además el Langreo es un histórico del fútbol de la comunidad. Se trata de un campo en el que la gente aprieta y se hace muy incómodo para el visitante, aunque las restricciones de la pandemia seguro que afectan al partido y reducen esa presión.

Es cierto que las dimensiones son muy buenas, que el terreno de juego es grande y que además se cambió el césped artificial hace un par de años y ahora está mucho mejor. Cuando yo estaba, jugar allí parecía otro deporte y eso ha cambiado, pero no deja de ser sintético y eso influye. Es una ventaja para el equipo que se entrena allí y disputa partidos cada dos semanas porque domina detalles como el bote de balón, el modo de controlarlo... Eso hace aún más difícil enfrentarse al Langreo, que de por sí es un conjunto complicado. De mi época solo queda el portero, Adrián Torres. Un jugador muy bueno, muy ágil.

Mi último partido allí fue precisamente contra el filial del Valladolid que dirigía Rubén de la Barrera. Yo me iba a jugar a Nueva York y me quería despedir dejando al equipo en 30 puntos. Hicimos un buen partido, pero nos empataron y me quedé en 28.

Si el Deportivo quiere sacar algo de Ganzábal tiene que ser fiel a su estilo, a su manera de jugar, porque el Langreo lo va a ser. Ojalá ambos consigan los objetivos por los que ahora pelean aunque el que tenía el Dépor al inicio de temporada ya no se pueda dar.