El Deportivo no está hecho para defender

Iyán Baragaño

TORRE DE MARATHÓN

CÉSAR QUIÁN

02 oct 2021 . Actualizado a las 20:54 h.

Era la temporada 89-90 cuando el equipo blanquirrojo con sede en Las Gaunas terminaba en una meritoria séptima posición de Primera. Un año más tarde, el Deportivo ascendía a la élite. Lo que sucedió a continuación, no es necesario recordarlo. Fueron los mejores años de dos históricos. Tres décadas después, el primero de octubre del 2021, el equipo blanquiazul y uno de los herederos del viejo Logroñés se enfrentaron en la tercera categoría nacional. ¡Cómo han cambiado las cosas!

Locales y visitantes saltaron al terreno de juego con idénticos sistemas. Trataron de imponerse en un centro del campo con espacios gracias a la presión adelantada de ambos. La SD Logroñés parecía tener claro hacia dónde orientar el juego deportivista. Consecuentemente, la banda izquierda del Dépor llevó la iniciativa en la salida de balón de los locales durante los minutos iniciales. En la portería contraria, los riojanos trataban de combinar desde primera línea, buscando una superioridad en salida de balón con portero y centrales. En esto los blanquiazules estuvieron inteligentes y, no cayendo en la trampa, obligaron al meta rival a un golpeo largo hacia unos laterales alejados en profundidad, sin demasiado éxito.

Posesiones largas, juego combinativo, pases precisos y ritmo alto. Quién diría que era Primera RFEF. Los blanquirrojos, por su papel de visitantes, se mantuvieron organizados defensivamente. A pesar de ello, en la primera acción en que el Dépor optó por el juego directo desde portería, apareció el desorden. El mérito fue de los atacantes. Jugada elaborada en la que participa toda la medular deportivista y en la que Mario Soriano y, quién si no, Héctor Hernández realizan una combinación táctica precisa, para terminar con el gol de Miku. A partir de ahí, el Deportivo pudo matar el partido. La superioridad local se mantuvo los primeros 20 minutos de la segunda parte, pero ahí el partido cambió.

De los últimos minutos se pueden extraer tres conclusiones. La primera, es que este Deportivo no está hecho para defender. La segunda, cansa menos correr con balón, que hacerlo detrás de él. La tercera, y quizás la más importante, es que aunque seas el Dépor, en el minuto 85 tiene que primar la visión resultadista por encima de la del juego.

Al final escuchó el sonido clásico de los transistores de hace años: gol en Las Gaunas y, aunque esta vez el gol fue junto al mar de A Coruña, el equipo que introdujo el balón fue un Logroñés.