Hay una máxima en el fútbol, que luego puede tener matices, pero que incide en que los partidos se ganan en las dos áreas. Está claro que pocos han conseguido triunfar sin un mediocentro que sepa, al menos, pasársela al de al lado. Pero, por pura lógica, si encajas poco y marcas mucho, acabas sumando puntos.
El Dépor está consiguiéndolo. Salvo infortunios como el que sufrió en el Cerro del Espino Lapeña, cuyo despeje rebotó en Jaime y se coló en la meta blanquiazul, y algún partido malo, la solidez defensiva blanquiazul está fuera de toda duda. Y cuando las diferentes líneas no son capaces de tapar las acometidas rivales, aparece Ian Mackay para parar todo lo parable y algunos de los balones que parecían no serlo.
Esa solidez, por sí, ya garantiza muchos empates. Pero, además, este Dépor tiene pólvora arriba. No es un equipo arrollador que vaya a ganar todos los partidos por 5-0, pero cuenta con la que quizá sea la mejor pareja de delanteros de la categoría: Quiles y Miku.
Luego Borja podrá ponerlos dónde quiera. Que uno caiga a banda, que el otro entre desde más atrás o formando juntos en un 4-4-2. Pero son los dos grandes referentes ofensivos y están haciendo números de ascenso.
Históricamente, son muchos los años en los que se conseguía ser campeón de la antigua Segunda División B haciendo una media de 50 goles. Entre el onubense y el venezolano llevan once dianas a estas alturas de campeonato, tras haber disputado 12 partidos (van 13 jornadas, pero un duelo no se jugó por incomparecencia del Extremadura). Si hacemos esa proyección a fecha 38, nos da que ambos marcarían en torno a 35. Obviamente, el fútbol no es aritmética y no tienen por qué llegar a esa cifra. Pero, salvo algún indeseable contratiempo, sí que parece muy probable que puedan superar los 25. Con este registro, la seguridad atrás y la aportación de la segunda línea y de un Noel que ya demostró que también las sabe enchufar, los setenta y pico puntos que Borja aspira a sumar para ser campeón parecen más cerca. Pero, claro, todavía estamos en noviembre y queda mucho que remar.