Al enésimo fracaso del Dépor le urgen decisiones y cambios

Iván Antelo A CORUÑA

TORRE DE MARATHÓN

César Quian

Entregó el título al Santander con un mes de adelanto y con todo a favor se estrelló en el «play off», por lo que se aboca al relevo en el banquillo y la plantilla

12 jun 2022 . Actualizado a las 16:26 h.

El Deportivo estará un año más, por tercer curso consecutivo, fuera del fútbol profesional. Algo inadmisible para un club de su solera, con seis títulos a su espalda, una reputación internacional (con una semifinal de la Champions este mismo siglo) y una afición que no se merece. ¿Cuántos equipos en España pueden despegar el músculo social de los blanquiazules? Este nuevo fiasco aboca a replantear el proyecto. Sin la urgencia de derribarlo todo para empezar de cero, un batacazo como el de ayer anima a un profundo análisis y decisiones firmes. De arriba a abajo.

La llegada de Abanca significó la salvación del Deportivo. Sin su paraguas económico, y los fiascos deportivos tan continuados, es probable que el club hubiera desaparecido ya por su monstruosa deuda heredada del pasado.

El cuerpo técnico no estuvo a la altura de las circunstancias. El entrenador disfrutó de amplios poderes para poder fichar jugadores de su gusto. De hecho, firmó a varios futbolistas que ya habían trabajado con Borja Jiménez. Luego, tuvo una amplia ventaja de puntos tras la primera vuelta, con la posibilidad de rematar al Racing de Santander en un partido como local. Aun así, el equipo cántabro fue campeón con un mes de margen. Como colofón, el Deportivo dispuso de la ventaja de un play off en un Riazor a rebosar, en un ambiente insólito en la tercera división, y la posibilidad de que le valiera el empate en la prórroga para subir.

Las decisiones de Borja Jiménez durante el curso fueron controvertidas. Cabe recordar que en la grave crisis de febrero y marzo, jugadores como Quiles y Álex Bergantiños pasaron a ser suplentes en encuentros claves. Tampoco se entendió que acabase jugándose el ascenso sin Quiles ni Juergen, sus dos mejores futbolistas, sobre el campo ante el Albacete. Aunque estuvieran justos de fuerzas, eran sus referentes. Los cambió en el 81 con 1-0, justo antes de una jugada de estrategia (en la que llegó el empate), y el resultado final ya lo conoce todo el mundo. El cuerpo técnico echó al equipo para atrás con sus cambios y el Albacete agradeció el detalle.

La plantilla también tiene su responsabilidad. Hubo aciertos en la confección de la misma, como recuperar a Mackay, y fichar a Lapeña, Juergen y Quiles. Pero gran parte del plantel se quedó con un rol secundario. Queda la duda de si sucedió porque el entrenador no dio confianza a la segunda unidad o porque no valían. Los Doncel, Rafa de Vicente, Calavera, Trigueros o Menudo, al que directamente se rescindió el contrato en abril, no aportaron casi. Demasiado lastre para ascender. Se sube con una plantilla, no con un once. Como hicieron el Racing y el Albacete.

Por lo que toca una renovación del plantel. Los responsables de la parcela deportiva no tienen tiempo que perder. El resto de equipos de Primera RFEF llevan ya dos semanas planificando la campaña 2022-23. Firmando entrenadores y jugadores, construyendo la nueva temporada. Es hora de tomar decisiones. El consejo de administración, un equipo remunerado que ahora debe realizar una profunda reflexión de sus aciertos y errores, debe sacar conclusiones.