El mejor Dépor por momentos, para acabar sufriendo y dejar dudas

Carlos Brizzola

TORRE DE MARATHÓN

CÉSAR QUIAN

29 sep 2022 . Actualizado a las 10:35 h.

El Dépor salió muy bien al partido. Atacando y defendiendo con tres centrales, incrustando ahí a Álex Bergantiños, con dos carrileros muy avanzados, con Olabe y Villares por delante y el juego interior de Rubén Díez y de Mario Soriano. El equipo fue muy profundo. Hizo estragos por banda izquierda con el uno contra uno que provocaba Víctor Narro. Percutía con facilidad y sacó tres o cuatro centros que no encontraron rematador por muy poco.

El primer gol daba muestras de que podía ser un partido con poca historia. Y más cuando el equipo sigue dominando y encuentra el segundo sobre la media hora. Y ahí, con 2-0, lo que esperábamos era que sentenciase. Desde la posición de Tribuna en la que estábamos comentando el partido para Radio Voz veíamos que el segundo gol le había hecho mucho daño al rival y ahí es como si el Dépor se conformase. Dio pie a la reacción visitante, a que se metan en el partido con un disparo a puerta de media distancia, sin marca ni ayuda al rechace del portero. Y de irte con un 3-0 sentenciador, a un 2-1 que mete al rival en el partido.

En la segunda parte, el Dépor tuvo momentos de dominio de balón, pero no de partido. Tuvo el gol, que significó el 3-1, en una buen pase en profundidad en el que Trilli hizo lo correcto: levantar la cabeza y ponerla atrás para la llegada de Bergantiños. Y sobre el 3-1 vuelve a pasar lo mismo. El equipo parece que se desentiende, que no quiere pasar apuros; y pasa a ser un conjunto controlador, pero que no controla. Empieza a jugar hacia los contados y hacia atrás. Dio opciones a un rival que en una jugada desafortunada hace el 3-2. El Talavera se volvió a meter así en el partido, algo que nunca debería haber pasado por las diferencias que hay entre los dos equipos, por lo superior que se había sido en el inicio y por lo poco que te había llegado el rival. Y menos mal que no encuentran el 3-3.

Al final, acabas pidiendo la hora, con un cabreo generalizado porque era un partido para ganar con diferencia de goles. Quizás hoy el Dépor haya jugado los mejores minutos de la temporada, pero le sigue lastrando mucho su debilidad defensiva. Y eso nos genera a todos dudas, sufrimiento y falta de confianza.