Juego colectivo y aporte individual

Carlos Brizzola

TORRE DE MARATHÓN

Kuki Zalazar
Kuki Zalazar MARCOS MÍGUEZ

16 nov 2022 . Actualizado a las 05:00 h.

Las cuentas del Deportivo en ataque son claras. Si antes estaban Quiles, Miku y Noel, hay que encontrar a otros delanteros que marquen los 4 goles del canterano y los 12 del venezolano. En este último caso llegó Santamaría. Y por Noel ahí están Kuki y Svensson. Todos sabíamos que iba a ser muy difícil reemplazarlos a cambio de jugadores que no sabes cómo van a resultar, por mucho que haya anotado antes. Miku jugaba en un equipo ya hecho y se beneficiaba de un gran entendimiento con Quiles. Borja Jiménez se fue después de situar mucho al andaluz como referencia (pero es un futbolista que no puede estar: tiene que aparecer), y el nuevo entrenador está variando algunos conceptos en ataque, como la velocidad y los cambios de ritmo. Se ve a un equipo más vertical y que no se adorna tanto con la posesión, pero subsisten dos problemas: el juego colectivo y la aportación individual.

El Deportivo sigue más o menos comportándose como desde la segunda vuelta de la pasada temporada, víctima de la ineficacia. Sus principales armas ofensivas son los laterales. Hay mucho juego interior sin profundidad y sin desdoblamiento ofensivo de los medios, como Villares, Soriano (que apenas pisa el área, pero ya lleva 4 goles), Isi o Rubén. No hay fluidez, ni buenos centros, ni grandes rematadores.

Trabajo sin clarividencia

Y aquí entra el aspecto individual. Santamaría no encuentra su sitio en el equipo y tampoco en el área. Necesita jugadores que le surtan con clarividencia, y eso no siempre es fácil después de 60 o 70 metros de carrera. Si el principal argumento ofensivo es este, o la pones mal, o llegas muy pocas veces. Además, hay muchos jugadores que hasta ahora han estado por debajo de su nivel, o del rendimiento que se creía que tenían.

Además, la profundidad casi se ciñe a la banda derecha, donde Antoñito, a pesar de su gran trabajo, no está siendo clarividente. Apenas hay profundidad por la izquierda. El pasado sábado, en la Copa, los interiores jugaron a pie cambiado, con Gorka a la espera de unos centros que era imposible que llegasen más que desde los laterales. Volviendo al curso anterior, no hay un William que desborde y revolucione el partido. Y esto afecta el juego colectivo y a la poca efectividad individual. El resultado es un Deportivo romo en ataque, aparentemente parsimonioso y sin factor sorpresa. No hay primer toque y solo las aportaciones de Svensson le ayudan en este aspecto.