Ninguna otra ciudad española se había volcado de forma tan masiva con su equipo en las primeras categorías durante esta temporada
06 jun 2023 . Actualizado a las 05:00 h.El Deportivo comenzó a ganar su partido contra el Castellón desde el aliento masivo que recibió de la grada. Con una asistencia media en el estadio blanquiazul de 19.000 espectadores durante el campeonato de liga, el pasado domingo la hinchada que nunca se rinde ofreció su gigantesca dimensión a través de tres contextos cruciales: ningún partido de Primera Federación, ni tampoco de Segunda División, habían concitado a casi 29.000 espectadores a lo largo de esta temporada como lo hizo este de ida de la semifinal por el ascenso; la población de A Coruña no supera los 250.000 habitantes, por lo que nada menos que el 11,77 % de estas personas abandonaron cualquier otro compromiso y se volcaron con el equipo de sus amores el pasado domingo; además, al contrario que en otros partidos que concitaron una elevadísima expectación en esta campaña, en Riazor el rival, procedente de una lejana ciudad a más de mil kilómetros de distancia, no había trasladado un número significativo de seguidores que pudiesen engordar el magro apoyo de la hinchada local. Apenas fueron 262.
Aunque no todos los que el domingo tiñeron Riazor de azul procedían de A Coruña, sí que se identifican con su equipo, por lo que este 12 % de la ciudad que animó hasta las trancas al Deportivo solo encuentra comparación esta temporada con un puñado de partidos entre adversarios de Primera de ciudades cercanas entre sí. Es el caso del derbi vasco entre la Real Sociedad y el Athletic de Bilbao, que reunió el pasado 14 de enero a casi 40.000 espectadores. Son el 20 % de los habitantes de San Sebastián, pero en el Reale Arena no solo había seguidores locales, sino una nutrida representación de los leones.
Lo mismo se puede decir de la eliminatoria de semifinales de Copa del Rey que enfrentó al Osasuna y al Athletic, capaz de marcar los techos de asistencia de la temporada en San Mamés y El Sadar. Los más de 51.500 espectadores del campo rojiblanco (la mayor entrada desde la inauguración del nuevo estadio) suponen casi el 15 % de los habitantes totales de Bilbao, pero en la cifra había muchos navarros. En El Sadar se podía haber dicho lo mismo con los 23.026 de aquel partido, un buen puñado de Bilbao, que suponían el 11,5 % de la población de Pamplona.
La relación de encuentros que en esta campaña reunieron en su estadio a más de un 10 % de los vecinos del lugar se completa con otro duelo de rivalidad, el que disputaron el Racing y el Sporting. Allí se dieron cita más de 18.000 espectadores, el 10,7 % de los residentes en Santander, pero es obvio que en El Sardinero un número significativo procedían de Gijón.
Más de 11.500 entradas vendidas en Castalia, que agotará las 15.500 de su aforo
Apenas quedan unas cuatro mil entradas para el partido de vuelta de semifinales de la fase de ascenso entre el Castellón y el Deportivo (domingo, 18.00 horas, InSports). El club levantino decidió, además, cerrar la venta por internet a los no abonados para asegurarse de que aquellos que las adquieran sean seguidores del equipo, por lo que los billetes solo se podrán adquirir en las taquillas de Castalia. En cualquier caso, el conjunto albinegro recordó que solo estará permitido portar símbolos del Deportivo en la zona destinada a la afición visitante.
Las expectativas del Castellón pasan por agotar las localidades. Además, la federación de peñas del club prepara para antes del partido un recibimiento masivo al autobús del equipo y un gran mosaico en el estadio.
Solo 262 localidades para el Deportivo, que aún no ha podido sacarlas a la venta
El Deportivo espera disponer en las próximas horas de las 262 localidades con que contará para vender entre sus seguidores de cara al choque decisivo contra el Castellón. Son el mismo número que fueron facilitadas al equipo levantino para que este las despachase con motivo del partido del pasado domingo en el estadio de Riazor. El club coruñés aún no tiene estas localidades, por lo que no se conoce cómo las pondrá a la venta para la afición blanquiazul.
Se espera que la hinchada que nunca se rinde las agote rápidamente, pese a que, como ocurrió en la ida, el horario del partido de vuelta tampoco favorezca los viajes de los aficionados.