Las milagrosas manos de As nosas

DÉPOR FEMENINO

CESAR QUIAN

Lucía Piñeiro y Andrea Seijo pusieron a tono a un Deportivo que enlazó con éxito 6 partidos en 20 días, con solo 2 de descanso

03 mar 2020 . Actualizado a las 05:00 h.

Detrás de cada victoria del Dépor femenino está lo evidente, las buenas actuaciones individuales y como grupo de las jugadoras, que al final son las que salen en las fotos y en los titulares. Pero también hay una parte menos visible. Un gran trabajo de personas que ocupan un segundo plano, lejos de los focos y al cobijo de Manu Sánchez.

Es el caso de la preparadora física Lucía Piñeiro y de la fisioterapeuta Andrea Seijo. Las manos milagrosas que han hecho que As nosas pudiesen jugar en óptimas condiciones los seis partidos que tuvieron los últimos 20 días. Y, además, compitiéndolos todos y cada uno de ellos hasta el final. Con una entereza que quedó demostrada en los dos últimos envites, en los que le aguantaron durante 119 minutos al todopoderoso Barça, para poner la guinda el domingo ante el Tacón, remontando un 3-0 a partir del minuto 81. Y todo esto, sin prácticamente lesiones (la única muscular fue la de Athenea, porque la fractura de clavícula de Alba Merino es achacable a un accidente deportivo que a una deficiencia en la preparación). Y es que detrás del equipo revelación de Primera Iberdrola hay muchísimo trabajo oculto. Nada es casual.

El maratón

Trabajo mental con solo 2 días de descanso en un mes. Desde el 6 de febrero, en el que el Deportivo comenzó a preparar el partido de octavos de final de la Copa de la Reina contra el Valencia, hasta el 1 de marzo, en el que las blanquiazules jugaron contra el Tacón, las de Manu Sánchez solo descansaron dos días (el 12 y el 23 de febrero). Y de ellos, el 12 no estaba previsto inicialmente. 16 sesiones de entrenamiento, 6 partidos y 6 viajes (dos de ida y vuelta a Madrid y otro a Barcelona) en estos 25 días. Unos 1.800 kilómetros de bus y 3 vuelos (Barcelona ida y vuelta y uno de ida a Madrid). Y es que detrás de cada éxito de las coruñesas hay siempre un trabajo, un compromiso y un sacrificio inmenso de todas las componentes del Deportivo. «A nivel psicológico esto supone un desgaste muy grande para todos. Tuvimos que trabajar bastante la emocionalidad. A veces el cuerpo puede, pero la cabeza no quiere que vaya», explica Lucía Piñeiro, preparadora física del Dépor.

Preparación física

El tira y afloja de Lucía Piñeiro. Para alcanzar en plenitud física los últimos minutos del sexto partido en veinte días, el Deportivo llegó con una preparación de base hecha en fases anteriores del campeonato. El trabajo de pretemporada fue duro, sacrificando incluso los resultados de los amistosos de verano, que no fueron buenos. Además, fue el único equipo de todo el club que trabajó el 1 de enero. La vuelta a los entrenamientos fue el 30 de diciembre (a las venezolanas apenas les dio tiempo a visitar a su familia en Navidad). Todo esto les posibilitó poder permitirse el lujo de realizar entrenamientos menos intensos durante el mes de febrero. De las 11 sesiones que hubo desde el duelo del Valencia al del Tacón, 2 fueron de recuperación pospartido y 5 previas a los encuentros, diseñados estos solo para reforzar conceptos tácticos. «El objetivo de estas tres semanas fue no cansar a las jugadoras para que llegaran al momento competitivo en la mejor forma. Fueron sesiones de activación y de pura recuperación, porque el trabajo ya venía hecho de meses anteriores», explica Piñeiro. «La pretemporada fue clave para modificar capacidades de algunas deportistas que necesitan más tiempo para conseguirlas que otras. Hablamos de la resistencia o de crear una base de fuerza que luego durante la temporada nos ha permitido trabajar aspectos más explosivos», agrega. «Si no hubiéramos tenido esa base hecha, si la hubiéramos querido preparar ahora durante esta serie de partidos, habría sido un peligro total», apostilla. «El peligro no son las cargas altas, es el momento en el que las pones y conocer si las deportistas están adaptadas o no para asumirlas», finaliza.

Fisioterapia

«Un único latido», desde la camilla. Paralelamente al trabajo de la preparadora física y de los entrenadores, la fisioterapeuta Andrea Seijo, con la ayuda de Iván Alvariño, fue la encargada de aminorar las molestias musculares de estas tres semanas de alta intensidad. Jugadoras como Nuria acabaron con problemas tras los 120 minutos de partido de Barcelona y 88 horas después estaban jugando de titulares contra el Tacón. Andrea es además cantante y la creadora de la canción «Un único latido», el himno de As nosas desde la temporada pasada y que encarna perfectamente lo que es este grupo. Equipo por encima de individuo. «El trabajo que realizan los fisios es fundamental, en serio. Se habla poco de ello. Todo lo que hacen es increíble. Y no solo en su ámbito. También en el psicológico. Tienen un contacto más íntimo. Escuchan a los deportistas para poder ayudarles. Y sí, estas semanas Andrea tuvo bastante trabajo», agrega Lucía.

Dosificación

Solo María Méndez lo jugó todo en estas tres semanas. En permanente comunicación con Lucía y Andrea, Manu Sánchez tiró de todas las jugadoras en estos seis partidos, en los que fue introduciendo entre cinco y seis cambios por duelo. Si durante la primera vuelta se habló de que el Deportivo tenía un once totalmente definido, en febrero las 19 con ficha del primer equipo tuvieron minutos para ser protagonistas, a las que además se sumaron Patri López y Carlota del filial. Catorce acumularon más de 230 minutos y una de las que jugó menos, como Kika, fue la heroína del último partido contra el Tacón en Valdebebas. Solo la central María Méndez lo disputó absolutamente todo. El resto, alternó minutos de juego con el banquillo o la grada.