«Estaría feliz de seguir un año más»

M. V. F. VIGO

VIGO

XOAN CARLOS GIL

El balonmanista, de 41 años, volvió a ser clave en el equipo y desea vivir su vigésimo octavo curso en activo

09 jun 2017 . Actualizado a las 05:00 h.

Suso Soliño (Cangas, 1975) asegura que si por él fuera no se retiraría nunca. Sabe que «físicamente no es posible», pero a sus 41 años, y tras 28 temporadas en el club, piensa que no tiene por qué haber llegado el momento de dejarlo. Su continuidad dependerá del equipo, afirma, pero tras vivir uno de sus cursos más complicados en el Cangas, tiene ganas de más. A la espera de lo que diga la entidad, él adelanta que le «encantaría» seguir.

-Cada año por estas fechas está acostumbrado a responder sobre lo mismo. ¿Seguirá una temporada más?

-Me fascina el balonmano, como decía un compañero retirado hace años, no es un deporte, es una pasión. Me encantaría seguir muchos años, pero sé que el cuerpo no va a aguantar. De momento un año más creo que sí y estaría feliz, pero tengo que hablar con el club. Ahora prefiero pararme un poco, relajarme al acabar la temporada y pensarlo fríamente. Hay que ver qué idea tiene la entidad, igual está pensando en renovar el equipo con gente más joven. Pero no creo que haya problema.

-Ha vuelto a ser un jugador determinante esta temporada.

-Estoy contento de poder aportar y si al final continúo es porque me siento capaz de seguir haciéndolo. No quiero estar por estar ni para jugar algún partido suelto, sino sintiéndome en condiciones de ayudar al equipo. Este año he jugado 60 minutos en bastantes partidos y he aguantado bien. Aunque los años pasan y las temporadas se hacen duras, si eres fuerte a nivel psicológico los problemas de cansancio y molestias los llevas mejor. Tengo la cabeza muy metida en el balonmano, salgo al campo a disfrutar y a dar lo máximo y eso siempre ayuda.

-A esta temporada le queda un último capítulo, la Copa. ¿Cómo la afrontan?

-Es un premio. Nuestro objetivo era la permanencia y de no haberla conseguido hubiera sido duro estar dos semanas más entrenando descendidos. Ahora lo afrontamos con ganas de hacer un buen partido e intentar sorprender a un rival (el Naturhouse La Rioja, tercer clasificado de la Liga Asobal) que no hay duda de que es muy complicado, pero sin ninguna presión.

-Para presión la que tuvieron que soportar durante toda la competición.

-Sí, la segunda vuelta fue increíble. Cada partido era una final y el estrés fue tremendo. Una vez que lo importante está conseguido, este es un premio y vamos a luchar.

-¿Cómo resume lo vivido a lo largo de esta temporada?

-Fue de las más duras que recuerdo. Empezamos la primera vuelta muy mal y se nos daba por descendidos. Trabajamos muy duro, saliendo cada partido a matar y poder conseguirlo fue una fiesta.

-¿En algún momento llegó a pensar que no saldrían de ahí abajo?

-Hubo un partido clave, el de Irún con el que acababa la primera vuelta, que de perderlo si lo hubiera visto muy complicado. Pero lo ganamos y sabíamos que en la segunda vuelta teníamos un calendario más factible en casa y que con nuestra gente podíamos ser capaces. Creímos hasta el final.

-¿Estuvieron las claves en ese apoyo de la gente y en la fe del equipo?

-Sí, nosotros teníamos claro que había que luchar hasta el último momento y la gente fue increíble. Se pusieron la camiseta y saltaron la campo con nosotros para conseguirlo juntos. Si en cada temporada O Gatañal ha sido fundamental, diría que en esta más que nunca.

-Al ser una de las campañas más difíciles, ¿conseguirlo fue uno de los mejores momentos de sus años en el Cangas?

-Sin duda, fue una celebración increíble, de las permanencias más festejadas que recuerdo. A la altura de ascensos como León y Pamplona, o del quinto puesto de hace unos años. Fue impresionante, toda la gente saltó al campo, nos hicimos fotos con los niños, les firmamos... Estábamos todos pletóricos.

-¿Qué se le pasó por la cabeza en esos momentos?

-Todas las personas que nos apoyaron este año y que nos han apoyado siempre. Era una fiesta para nosotros y para toda esa gente. La sensación fue de una alegría tremenda y está claro también de alivio después de todo lo que habíamos pasado.