El Guardés fue a remolque y encajó la primera derrota ante el Bera Bera

La Voz VIGO

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XOAN CARLOS GIL

El tropiezo supone un hándicap de cara a la opción de revalidar el título de Liga

07 oct 2017 . Actualizado a las 05:00 h.

El Mecalia Atlético Guardés fue a remolque desde el principio y acabó perdiendo en un duelo directo ante el Bera Bera, lo que significa un hándicap de cara a la opción de revalidar el título de Liga: 29-24 (16-13 al descanso).

El cuadro donostiarra, que ya había perdido un encuentro ante el Rocasa Gran Canaria, otro de los grandes aspirantes, salió más enchufado y con un 4-1 inicial comenzó a marcar su terreno. Las donostiarras construyeron la ventaja desde la intensidad defensiva y el contragolpe.

Pese al mal inicio, las de A Guarda fueron capaces de recuperarse y después de un parcial de 0-4 empatar la contienda (8-8, min 20). Parecía que lo más difícil estaba hecho, pero de nuevo las locales, con una Castellanos que se hizo grande en la portería, pegaron un arreón para marcharse al descanso con una renta de tres goles: 16-13.

Segundo tiempo

El segundo tiempo tampoco anunciaba nada bueno de inicio. Las visitantes no eran capaces de acercarse en el marcador y el Bera Bera llevaba la contienda con cierta facilidad. Pero las de Prades tiraron de insistencia, aumentaron la presión, y el acierto defensivo y de cara al gol les permitió volver al partido ya en plena recta final.

El 24-22 y una defensa muy avanzada hicieron pensar por un momento que el Guardés tenía sus opciones, incluso Montse Puche pidió un tiempo y alertó a las suyas de los peligros que entrañaba el partido, pero tras un intercambio de goles el partido volvió de nuevo al escenario más habitual.

Silvia Arderius, que tiró de las donostiarras, puso el marcador en 27-24 a falta de dos minutos y sentenció una contienda en donde la portera local también fue un factor muy determinante.

La derrota significa la pérdida del carácter de invicto del grupo de Prades, que nunca terminó de sentirse cómodo en una contienda que marca el inicio de un ciclo de máxima exigencia.