Dos policías cercados por el fuego en Chandebrito: «Pensar que vas a morir calcinado es muy duro»

E.V.Pita VIGO

VIGO

XOAN CARLOS GIL

Los agentes han explicado los momentos de mayor peligro en los que temieron por sus vidas y algunos llamaron a sus familiares para despedirse: «Somos policías y también seres humanos»

19 oct 2017 . Actualizado a las 16:45 h.

Dos policías nacionales que se vieron acorralados por el voraz incendio de Chandebrito, Nigrán, han relatado esta mañana a distintos medios de comunicación los difíciles momentos que pasaron mientras retrocedían por las llamas y buscaban una vía de evacuación segura, a la vez que intentaban poner a salvo a una caravana de quince coches donde viajaban a bordo decenas de vecinos

Los agentes iban a comparecer a las 11.15 horas en una rueda de prensa de la comisaría de Vigo a la que estaban convocados una veintena de periodistas pero una hora antes suspendieron el acto de forma sorpresiva y solo atendieron por vía telefónica a los medios de comunicación que tuvieron la fortuna de conseguir línea libre.

En los momentos de mayor peligro, acorralados por llamas de 20 metros de altura, temieron por su vida y algunos empezaron a telefonear a sus familiares para despedirse con un último adiós y, ante el horror desencadenado, otro incluso desenfundó una pistola con la idea de matarse sin sufrir abrasado.

Hasta 16 agentes a bordo de ocho coches patrulla estaban encargados de desalojar a los vecinos de las casas de Chandebrito, en la demarcación de la Guardia Civil, la cual pidió ayuda porque estaba desbordada, e incluso tuvieron que pelear con algunos parroquianos que querían permanecer en sus casas.

Tres coches patrulla lograron salir a tiempo del cerco de las llamas pero avisaron al resto de que no continuasen por ese camino. 

El subinspector Gabriel, que coordinaba el dispositivo y dirigió la avanzadilla de escape, y el agente Marcos que, quedó atrapado con otros nueve compañeros en la carretera, aseguran que vivieron «momentos críticos» en los que temieron por sus vidas ya que «nos vimos envueltos en una trampa de llamas que se metían por debajo de los coches y nos impedían ver la carretera».

Según cuentan, «la situación de encerramiento se alargó cuatro horas, fue una situación crítica, vital y terminal, creíamos que no íbamos a salir de allí». Sobre si es cierto que llamaron para despedirse de sus familiares, el agente que conducía el primer coche se limitó a decir que «somos policías y seres humanos y pensar que vas a morir calcinado es muy duro».

Respecto a las dos mujeres fallecidas, lamentan su pérdida «y no poder haber hecho nada por esas personas, por no poder ayudarlas y porque no éramos conocedores de este terreno ni en materia forestal».

El agente Marcos que sobrevivió al voraz incendio dice que el regreso a Chandebrito, al quedar el camino en llamas, fue caótico porque había 90 grados en el exterior, no había visibilidad a menos de dos metros y no podían salir los coches por el calor.

La caravana de policías y de cinco coches de vecinos que tenían que retroceder por el camino se pusieron a salvo en el alto, en el pueblo de Chandebrito. Tuvieron suerte de que el viento cambió y refrescó la zona por lo que pudieron salir a ayudar a los vecinos que quedaron en sus casas. «No se querían ir porque ellos se criaron allí, tenían sus animales y no estaban acostumbrados a que vienese la Policía Nacional a desalojarlos», afirma el subinspector Gabriel. Este, que logró superar con tres coches patrulla el cerco de fuego y avisar al resto para que retrocediese, calificó lo vivido de «dantesco». «Hacía tanto calor que los coches hacían cosas extrañas como encender y apagar las luces», añade.