Los obreros retiran 50 toneladas de cobre que recubrían la fachada del Xeral
19 abr 2018 . Actualizado a las 08:12 h.El antiguo Hospital Xeral está cambiando su piel verdosa como los lagartos. Un ejército de obreros trabaja en el desmantelamiento de un centro que atendió a millones de pacientes desde su fundación en el año 1954. Pablo Oubiña, arquitecto técnico e ingeniero de edificación, es el director de las obras de demolición, unos trabajos arduos que comenzaron en julio del año pasado y concluirán en el mes de mayo. Después de meses con el barro entre las botas, ahora las ráfagas de viento levantan el polvo como en las películas del Oeste. El derribo de la antigua zona de urgencias hace que el aire se note más al cruzar el descampado que se ha abierto. «Se ha creado aquí un microclima», explica el jefe de obra.
Junto al cráter de los antiguos cimientos de un edificio los obreros arrojan cascotes. El emblemático Pirulí es hora un edificio vacío. Solo queda la infraestructura y los antiguos ascensores. El derribo es complicado. «Antiguamente se tiraba todo y se llevaba fuera a la vez, ahora no es así », dice Oubiña, que pertenece a la empresa Xestión Ambiental. Esta compañía, junto a Orega realiza la demolición y reciclaje. Cuesta 1,8 millones de euros. «Lo más complicados es organizar bien los tajos para separar y recupera todos los materiales. Los restos de ladrillo y cementos se convierten en áridos que se evacúan desde el interior del edificio hasta la explanadas donde tiene lugar su tratamiento. «Hay gente que nos pide un trocito de fachada como recuerdo», relata Oubiña y es que el lugar evoca miles de experiencias. En total la obra generará 100.000 toneladas de residuos, de las cuales 50 son de planchas de cobre, que revestían la fachada. También se separan otros metales como el acero y el aluminio. El acero se utilizó en la construcción para hacer las jambas de las ventanas y aislar así el paso del frío desde el exterior. Los trabajadores depositan en grandes tolvas los diferentes materiales: madera, acero, aluminio. Dentro de unas semanas todo el antiguo complejo será un puro esqueleto. Ahora todavía le queda parte de la piel, pero los trabajos realizados permiten ver una robusta estructura de vigas. En mayo la constructora San José se hará cargo de las obras de reconstrucción y rehabilitación. Para que se pueda seguir impartiendo Justicia.