«Soy culpable, ese día corrí», dice el implicado en un choque mortal a 200 km/h

E.V.Pita VIGO

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E.V.Pita

Un joven conductor va a juicio por la muerte de un amigo tras salir de copas por Baiona

20 jul 2018 . Actualizado a las 20:44 h.

El joven Brais V.N. reconoció hoy en el juicio su arrepentimiento por un accidente mortal de tráficos a causa de una excesiva velocidad y que le costó la vida a un amigo y dejó lidiados a otros tres ocupantes el 18 de septiembre del 2016 en Vincios, en Gondomar. 

Según la Guardia Civil, el implicado circulaba en el Mercedes de la empresa de su padre a casi 200 km./h. cuando se salió de una curva en Vincios. El coche derrapó con una larga huella de neumático, giró para evitar un poste y se estrelló contra un muro. De los cinco ocupantes, uno murió. Acusan al conductor de un delito de homicidio por imprudencia porque dio positivo en alcohol, en concreto una tasa de 0,36 y 0,30 en una medición realizada cuatro horas después en el hospital.

«Soy el principal culpable, no soy una persona que corra mucho pero ese día corrí. Me dijeron que le diera al coche e iba a excesiva velocidad, íbamos los cinco rápido», afirmó en el juicio el acusado. Admitió que consumió dos copas y bebió dos tragos de otra copa pero nada más «porque esa noche iba a conducir». 

Añade que el accidente «me cambió la vida, estoy arrepentido, nunca lo olvidaré». Asegura que pidió disculpas y perdón a sus amigos y sus familias, aunque no siempre se las aceptaron. Desde hace dos años, solo conduce la furgoneta del trabajo, se ha centrado en su oficio y nunca sale por las noches.

Uno de los amigos supervivientes, asegura que iban a «más de cien», que el coche dio un bote extraño detrás, el conductor dio un volantazo para esquivar un poste de alta tensión pero se estrellaron.

Una de las cuestiones que no pudieron aclarar los testigos es que los pasajeros del asiento trasero no llevaban el cinturón puesto. Todo apunta a que varios amigos subieron al Mercedes porque les hacía ilusión probarlo. 

La novia de la víctima cuenta que, cuando el coche aceleró, uno de los ocupantes le dijo al conductor: «Eh, indio, vai amodo», pero él aceleró más y la chica le rogó: «Para, para, porque era bestial, y luego fue el topetazo. Chocamos contra el muro y me quedé atontada». Tardó un tiempo en saber que su pareja había fallecido. «Yo estoy hecha una mierda pero lo que me duele es la pérdida de mi novio porque teníamos una vida hecha, teníamos planes de tener hijos y ahora me falta él», relató. Le concedieron la incapacidad permanente.

Otro viajero va a pedir la invalidez total tras ser despedido del trabajo por las secuelas que sufrió en el accidente. La mayoría de los accidentados siguen a tratamiento psicológico.