Melisa, pasión turca para el Xuvenil

VIGO

XOAN CARLOS GIL

La nueva jugadora, que llegó junto a su pareja, el céltico Okay, ha hecho del deporte que le fascina su trabajo

21 sep 2018 . Actualizado a las 05:00 h.

Melisa Kerman (Turquía, 1994) tenía 14 años cuando se convirtió en jugadora profesional de voleibol. Fue el inicio del camino para lo que ella define como «convertir una pasión en un trabajo». Por eso cuando se concretó el fichaje de su pareja, Okay Yokuslu, por el Celta y ella decidió mudarse con él, uno de los primeros pasos fue enterarse de si existía un club donde poder continuar con su carrera deportiva. «Vi que solo había uno, contacté con ellos y a través de la presidenta, Ruth Calvo, todo fue muy fácil para poder incorporarme», dice la flamante nueva jugadora del Xuvenil de Teis, que mañana empieza una nueva temporada en Superliga 2.

La deportista está encantada con esta aventura. «Me estoy adaptando muy rápido. El Xuvenil es un club ‘bonito’ -introduce esta palabra en español en medio de un diálogo en inglés- donde enseguida te hacen sentir como en familia», agradece. El idioma es por ahora el único escollo. «Cuando llegué solo sabía decir ‘hola’ y ‘gracias’. En pocas semanas empiezo a hablar español básico», señala.

Ese mismo tiempo le ha bastado para darse cuenta de las diferencias entre el voleibol en Turquía y en España. «En mi país es un deporte popular, especialmente entre las chicas. Da muchos éxitos a nivel nacional y eso se traduce en que se invierte en él. En España estoy observando que no se le presta suficiente atención», lamenta.

Esa pequeña decepción contrasta con la acogida que ha tenido en el Xuvenil. «Mis compañeras son maravillosas, tenemos muy buena comunicación», señala. Se siente especialmente identificada con la otra extranjera, Federica Farabegoli, que además también llegó a Vigo por amor. «Son casos similares y me está ayudando mucho. Aunque quizá para ella fue más fácil porque Italia y España son países más parecidos», reflexiona.

Su técnico, Celso Veloso, ha sido otra grata sorpresa. «Es muy trabajador y le encanta enseñarnos cosas. Tiene espíritu de jugador, odia perder y ahí es donde los dos nos movemos en un terreno común», explica. Ella misma se define en el plano deportivo como una jugadora «ambiciosa, a la que le gusta ganar, luchar por cada pelota y ayudar a las compañeras».

Su primera toma de contacto fue durante un mes en la playa, donde algunas jugadoras competían en torneos de verano a modo de pretemporada. Ahora está a punto de comenzar la liga. «Es mi primera experiencia fuera y eso me hace sentir un poco nerviosa. Pero es voleibol, es mi trabajo. En cuando empiece el partido me sentiré cómoda», señala. Como se siente ya tanto en el club como en la ciudad. «Vigo es un ciudad pequeña y encantadora. Aprendo los caminos a los lugares y ya me siento como en casa». Sobre todo, en la pista.

«Okay y yo queremos probarnos como deportistas»

Melisa comenzó a jugar al voleibol cuando tenía diez años y aunque a base de insistencia la reclutaron para la causa del baloncesto, fue una etapa aislada. «En el colegio había equipo masculino de volei y femenino de baloncesto. Siempre fui alta y el entrenador insistía, así que jugué dos años. Fue una experiencia más», recuerda.

Lo suyo, sin embargo, era el volei. Lo lleva en las venas. «Mi madre, mi abuela y más personas de mi familia lo practicaron, lo llevo en la sangre», dice. Y añade que en Turquía el voleibol tiene mucha aceptación entre las chicas, de manera que «si ven que puedes tener cualidades físicas, te envían enseguida a jugar a este deporte».

Kerman ha jugado de manera ininterrumpida durante toda su vida, siempre en su país y durante la mayor parte de su carrera en el Karsiyaka. También fue internacional con la selección juvenil turca, llegando incluso a lograr el oro en el campeonato del mundo de Ankara en el 2011. Ahora, por primera vez, ha hecho las maletas. «La parte complicada de dejar tu país es que estás lejos de tu familia, pero afortunadamente hay videollamadas y puedes sobrellevarlo», comenta.

La joven se licenció además hace dos años en Psicología, aunque no ha tenido oportunidad de ejercer. «Debido a mis obligaciones como jugadora, con los entrenamientos y los partidos, no he podido trabajar, pero al acabar las temporadas aprovechaba para seguir formándome», cuenta. No descarta con el tiempo poder hacerlo en España. «Me encantaría, pero para eso necesito un español fluido. Necesito más tiempo y luego ¿por qué no?».

Detrás del fichaje de Melisa por el Xuvenil está el de Okay Yokuslu por el Celta. «No seguía el fútbol antes de conocerle, pero ahora no me pierdo ni un partido», comenta divertida. Y da también sus impresiones sobre el club vigués desde su propia mirada y la de lo que le transmite su compañero. «El Celta es un gran club, son muy profesionales. El ambiente en los partidos es fantástico. Okay está muy contento de formar parte del club. También para él es la primera experiencia fuera quiere probarse a sí mismo, lo mismo que yo». Otra cosa más que ambos tienen en común.