La base como un seguro de supervivencia

Míriam Vázquez Fraga VIGO / LA VOZ

VIGO

XOAN CARLOS GIL

El Novás mima la cantera porque ve en ella la garantía de futuro para un club donde es difícil fichar de fuera

11 feb 2019 . Actualizado a las 05:00 h.

El Novás de balonmano de O Rosal es un club donde todo está entrelazado. Ocho de los jugadores que actualmente forman la plantilla del primer equipo en División de Honor Plata salieron de su cantera, donde a su vez todos los entrenadores son o han sido jugadores del conjunto sénior. Su objetivo es que cuantos más niños mejor puedan seguir sus pasos y recorran ese mismo camino desde la cantera hasta el techo del club.

Uno de esos entrenadores es César Armán. Formado en el Novás, se retiró el año pasado formando parte del grupo que logró el ascenso. Entre medias estuvo en otros equipos, pero el vínculo con el club que considera su casa siempre se mantuvo intacto. Ahora entrena a los juveniles y echa una mano en el filial, siempre en contacto, al mismo tiempo, con el resto de equipos que conforman la estructura de la entidad, todo un emblema del municipio.

Pero la tradición balonmanística rosaleira no implica que sea fácil captar chavales. «No dejamos de ser un pueblo de 6.000 personas y a nuestros niños, como a todos, les tira por encima de todo el fútbol, que es lo que ven por la tele», constata Armán. Contra eso tienen que «remar mucho» y así lo hacen mediante jornadas de captación en los colegios, campus multideporte y otras actividades que buscan acercar a los pequeños a una disciplina que la mayoría de los que prueban, dice, comienzan a disfrutar de manera casi instantánea.

Armán piensa que el secreto del éxito, aparte de la dinámica del deporte en sí misma, es la manera que tienen de entenderlo. «Contamos con entrenadores titulados, que están formados para saber cómo deben actuar y qué es lo mejor para los niños en cada momento», destaca. Considera también que la experiencia presente o pasada de los técnicos como jugadores es un plus, y lo expone en primera persona: «Cuando jugaba era central y ya me gustaba mandar y tener todo controlado, ahora como técnico eso me ayuda a tener una visión más global de los aspectos del juego, de los entrenamientos y del funcionamiento general». También existe, añade, una empatía especial con el deportista: «Sabes por dónde puede venir su reacción y tienes más capacidad para proporcionarle la mejor ayuda posible para que pueda crecer», valora.

Aunque ahora lleva el conjunto juvenil, también tiene experiencia con alevines. Defiende que toda edad es buena para empezar, pero cuanto antes, más ventajas. «Tenemos las escuelas deportivas desde los cuatro o cinco años y a medida que crecen ya van jugando partidos», detalla. Desde el club priman que se diviertan y que los resultados sean «algo secundario» en esas edades. «Les animamos a hacer también otros deportes. Lo importante es que creen unos patrones motrices, que trabajen el equilibrio. Es básico no solo para su rendimiento en el balonmano, sino que también les puede ayudar en función del trabajo al que se vayan a dedicar el día de mañana».

El factor psicológico, clave

Armán explica que el balonmano es un deporte mucho más completo que otros, ya que «no se centra en un solo aspecto físico, sino que son muchos los que hay que tener en cuenta para rendir en edades adultas». Y para que eso suceda, comienzan a trabajar desde niños con cuestiones como los niveles de fuerza o la coordinación. Tampoco se descuida en ninguna categoría la que para el técnico es la cuestión clave: el aspecto psicológico. «Todos sabemos de jugadores muy buenos a los que les falla la cabeza y que por ese motivo, en realidad no son tan buenos. Creo que los entrenadores actualmente estamos muy poco formados en el aspecto psicológico y es importante trabajarlo desde la base».

Su motor diario es trabajar para nutrir en el futuro al primer equipo del mayor número de jugadores posibles de casa. «Traer gente de fuera que quiera venir a la esquina de Galicia, a O Rosal, es complicado. Hace unos años lo pusimos sobre la mesa y vimos que el trabajo de base era prioritario si queremos aspirar a competir con los mejores de Galicia y en ello estamos trabajando», afirma. Entienden que formación de los jugadores, a todos los niveles, es la primera piedra.