«La arquitectura explica las características de una sociedad»

VIGO

Xoán Carlos Gil

AGENDA CULTURAL | El profesor presenta un amplio estudio centrado en el estilo regionalista en Galicia

14 mar 2019 . Actualizado a las 05:00 h.

El Centro Cultural Municipal de O Porriño acoge, a partir de las 20.00 horas, la presentación del libro Arquitectura rexionalista galega. Antonio Palacios, Gómez Román e outros, del profesor y miembro del Instituto de Estudios Vigueses Xosé Ramón Iglesias Veiga.

-¿Cómo nació este libro?

-Es un resumen del resumen de mi tesis doctoral. El problema es que abordé una tesis con un tema que abarcaba toda Galicia y, en principio, parecía que solo englobaba a Gómez Román y a Antonio Palacios, pero después eso se convirtió en una investigación casi inabarcable de casi veinte años.

-¿Por qué le interesó el regionalismo?

-Por un lado, por la falta de estudios al respecto, pero también porque entiendo que la arquitectura es un documento histórico en sí mismo que explica las características de una sociedad. Ahí había unos interrogantes muy atractivos para demostrar. Uno de ellos es la influencia que sobre la arquitectura y las artes en general tuvo el movimiento galleguista. Aunque el regionalismo hoy en día es un estilo totalmente consolidado que obedece a múltiples factores, en Galicia, igual que sucede con el movimiento neovasco, el paso hacia esa búsqueda de una arquitectura directamente relacionada con la tierra está totalmente influencia por el galleguismo. Creo que una de las contribuciones más destacadas que tiene este libro es que la investigación demostró que todo ese proceso cultural influyó directamente en Antonio Palacios y, muy especialmente, en Manuel Gómez Román. Y, a continuación, en toda la pléyade arquitectos que los siguieron.

-Gómez Román tuvo una importante significación política. ¿Le ocurrió lo mismo a Palacios?

-No, Palacios no tuvo compromiso político con el galleguismo, pero sí estuvo muy influenciado con su orientación cultural. Con el trabajo aparecieron unas relaciones directas entre Palacios, Gómez Román y Rafael González Villar con el mundo de la plástica costumbrista gallega. Tan implicados estaban que llegaron a participar de la organización de exposiciones de arte gallego en Madrid, Buenos Aires y Montevideo. No solo la literatura fue influenciada por el galleguismo, también las artes.

-¿Cómo fueron sus aportaciones?

-Sus obras están en función de la evolución de los estudios históricos sobre el pasado de Galicia. El primer estilo que se recupera y llega recuperado al siglo XX es el románico de transición. Palacios se va por esa vía a través de la expresión ruda del granito, sin embargo, debido a su singularidad, Palacios apenas tiene seguidores. La segunda gran vía y la triunfante es la que sigue Gómez Román con el barroco de placas, porque en la metodología regionalista se buscaba el estilo que tuviera una expresión más singular. La vía más moderna sería la de González Villar, que intentó ligar lo vernáculo con el Art Deco, pero se pasó al racionalismo.

-¿Tuvieron seguidores?

-En Vigo serían claramente Jenaro de la Fuente Álvarez y Antonio Cominges; en Santiago, la primera etapa creativa de José María Banet; y en A Coruña, Eduardo Rodríguez Losada, que también tuvo una dinámica relacionada con la música ya que fue quien compuso la primera ópera gallega, O Mariscal.

-¿Quién dejó más huella en Vigo?

-Gómez Román. La burguesía conservera sostuvo con sus encargos algunas obras regionalistas, sobre todo con sus chalés; casi todos son del camino que marcó Gómez Román, el neobarroco. Algo parecido a lo que estaba pasando entonces con los chales de la burguesía vasca.

-¿En qué se basa el malditismo de este estilo?

-Tuvo la mala suerte de que fue el último gran movimiento de la arquitectura ecléctica que se enfrentó de alguna manera con la llegada de la renovación racionalista. Quienes se criaron al calor del movimiento moderno afianzaron sus convicciones, negando la validez de lo anterior.

-¿Por qué se le relacionó con el franquismo?

-Ese fue otro bulo que tuvo que soportar el regionalismo. No es verdad porque comienza en 1918 en Galicia, con la Encarnación de Celanova y el Concello de O Porriño, y se gesta en paralelo con el movimiento galleguista. Sucede que tras la guerra civil, las autoridades franquistas no fueron capaces de elaborar una arquitectura del régimen y aquellas corrientes que habían triunfado anteriormente, excepto el racionalismo, continuaron; el regionalismo había alcanzado una presencia enorme entre la burguesía viguesa y por eso continuó esa estética. El problema es que perdió el vínculo con el galleguismo. Si no se produjese la guerra civil, el regionalismo hubiese languideciendo hasta desaparecer.