A juicio una banda con jefes en Vigo que impregnaba maletas con cocaína

E. V. PITA VIGO / LA VOZ

VIGO

POLICIA NACIONAL

Correos humanos paraguayas volaban desde Brasil para pasar droga por Barajas

23 mar 2019 . Actualizado a las 05:00 h.

Una banda de nueve supuestos traficantes será juzgada el lunes en Vigo por montar una red de correos humanos sudamericanas que fingían ser pasajeras y que pasaban maletas, equipajes de mano y bolsos impregnados con cocaína por el aeropuerto de Barajas y de Barcelona en la primavera del 2017. Estas muleras procedían de vuelos de Colombia y Paraguay y habían sido reclutadas en sus países con promesas de ganar dinero. Incluso les preparaban cartas de invitación para venir a España y les iban a recoger al aeropuerto. Incluso disponían de un químico con un laboratorio para extraer la droga.

Una jueza de Vigo descubrió la trama al detectar una reunión de los cabecillas en Vilanova de Arousa y dirigió el operativo en las terminales de Madrid y Cataluña. El Ministerio público demanda para los sospechosos penas de entre seis años y medio y 11 años de cárcel y multas de entre 62.000 y un millón de euros.

Uno de los presuntos cerebros de la operación era J.J.O.V., condenado en 1996 a 13 años de cárcel por tráfico de drogas por la Audiencia Nacional y también en el 2012 por el tribunal portugués de Santo Tirso a seis años. Su jefe era A.M.G., que estaba limpio de antecedentes y que disponía de contactos en Colombia y Paraguay. La Fiscalía cree que este último concertó con los proveedores sudamericanos el envío de drogas a través de correos humanos que camuflarían el transporte en maletas y equipajes de mano impregnadas. El cliente sería un distribuidor de España.

Siempre según la Fiscalía, la operación empezó a montarse en marzo del 2015. Los dos líderes se telefonearon e incluso se citaron en Vilanova de Arousa. El jefe que tenía los contactos en Sudamérica le informaba al otro implicado de las negociaciones.

Un reclutador colombiano les contó que un amigo suyo de Paraguay había fichado a una compatriota dispuesta a transportar a España el material a cambio de dinero, la cual también está acusada. El jefe de las Rías Baixas le mandó los billetes de avión a su nombre y dinero para gastos. También dio instrucciones a un subalterno rumano para que enviase a la pasajera una carta de invitación para venir a España y que tramitó desde la comisaría de Torrejón de Ardoz. El rumano la recogería en el aeropuerto.

Tras dos años de planear el operativo, el primer transporte fue detectado el 24 de marzo del 2017. La pasajera paraguaya aterrizó en el aeropuerto de Barajas procedente de Sao Paulo, en Brasil, y fue interceptada por los aduaneros antidrogas cuando caminaba con una maleta, tipo trolley, una bolsa de viaje, una bolsa de mano y una cartera. Todo el conjunto valía 191.9993 euros pues sus complementos iban impregnados con droga. En su bolso cargaba con 460 gramos de cocaína, en la bolsa-mochila tenía 949 gramos, y en la cartera, diez gramos más. La policía cree que su ropa también tenía droga.Luego, arrestaron al chófer rumano que esperaba fuera por la viajera.

La Fiscalía cree que tras la captura del correo humano, los cabecillas cambiaron de estrategia y enviaron el siguiente alijo desde Barcelona pero mediante paquetería postal. Allí tenían como contactos a un traficante condenado en Maia, en Portugal, en el 2013, y a otro de Girona. Buscaron a una amiga que recogió el paquete con kilo y medio de cocaína (valorado en 200.000 euros) en la estación de Sants y el líder se llevó el alijo a Madrid en bus. Luego, se reunió en una cafetería con un camello. La Policía Nacional les hacía seguimiento y los capturó. Finalmente, cayeron el socio arousano y el químico que extraía la droga en Madrid.