La arquitecta viguesa del Calcio a 5

Luis Manuel Rodríguez González
luis m. rodríguez REDACCIÓN / LA VOZ

VIGO

cedida

María Pérez acumula siete temporadas de experiencias diversas en la élite del pujante fútbol sala italiano

23 ene 2020 . Actualizado a las 12:05 h.

La ilusión, la morriña, las lesiones y, en suma, muchas vivencias positivas se mezclan en la maleta viajera de María Pérez Pereira (Vigo, 1988), jugadora de fútbol sala -o como dicen en Italia, Calcio a 5-, que milita en la actualidad en el Pelletterie florentino, de la Serie A.

María se inició con el cuero pequeño en el vivero del colegio Mosteiro Bembrive: «Tenía solo seis años, por entonces buscaban gente para completar los equipos y ahora ya veis, es una de las estructuras de fútbol sala más importantes de Vigo». Cuando llegó su época universitaria, el destino no podía ser otro, porque pretendía estudiar arquitectura en A Coruña: «El primer año de carrera aún volvía a casa los fines de semana para seguir jugando en el equipo, pero cuando contacté con gente del Amarelle inicié una provechosa etapa en la que me tocó vivir todos los ascensos, hasta llegar a la máxima categoría».

La universal diestra afrontó entonces la opción de abandonar España y el club romano de L’Acuedotto Calcio A5 fue su primer destino en el 2013: «El fútbol sala italiano es muy profesional, de hecho son muchas más las jugadoras que viven del deporte, en comparación con lo que pasa en España, por lo que últimamente cada vez son más las que llegan desde nuestro país».

En el caso particular de la deportista olívica, la transición fue mejor de lo que hubiera esperado y en su nuevo equipo disputó dos fases por el Scudetto y también llegó a una semifinal de Copa, gesta que repitió al año siguiente, ya enrolada en el Lupe Calcio A5. Después llegaron los desafíos en el Cittá Di Thiene y en el Breganze, etapa esta última en la sufrió su peor traspié en territorio transalpino: «Me rompí los cruzados y pasé casi un año en blanco. La verdad es que el club se portó de maravilla conmigo y me ayudó mucho en la rehabilitación. Son momentos duros, en los que se me metió en la cabeza volver, porque echaba de menos a familia y amigos. Pero también se aprende de todo eso».

La oferta que revitalizó el sueño italiano de María Pérez fue la del Pelletterie, modesto club de la provincia de Florencia: «Es un recién ascendido que apostó por mi experiencia para ayudarles a asentarse en la categoría. Después de la mitad de la fase regular estamos en posición de jugar playout, pero es un club bien organizado que tiene por objetivo la permanencia este año y seguir creciendo poco a poco».

En el caso particular de la viguesa, su campaña experimentó un parón, debido a una adherencia bajo la rótula: «Estuve un mes parada, precisamente volveré esta semana en la Copa della Divisione y a ver si pronto puedo recuperar el ritmo en la Liga, porque ahora viene lo más interesante del año».

En la Toscana confían en María como cierre y ala, en un marco que está evolucionando de modo continuo, gracias al potencial de los clubes para reforzar sus filas año a año: «Cada plantilla puede contar con un máximo de seis jugadores extrajeras y la mayor parte de ellos están agotando ese cupo. El juego en Italia es más físico, pero la llegada de jugadoras de España y Brasil se deja notar en conceptos tácticos y técnicos». Pérez Pereira es además una jugadora bastante polivalente, que se aclimata bien a las exigencias de cada partido. Destaca la presencia de compañeras como «Ana Soldevilla, con la que estuve en años anteriores, ahora estoy con otra gran jugadora como Carla Duco, argentina de nacimiento, pero que desarrolló casi toda su carrera en España».

Lo que se ha complicado un poco más para la viguesa es la oportunidad de ejercer la profesión para la que se formó en A Coruña: «En España ya me pilló el bajón de la construcción. Florencia es un lugar increíble, pensé que sería un buen escenario para trabajar pero hay escuela de arquitectura y muchos profesionales. No es nada fácil».