Las nueces ayudan a bajar la fiebre

Antón lois AMIGOS DA TERRA VIGO@TIERRA.ORG

VIGO

El nogal llegó a Europa hace más de 7.000 años desde Oriente Medio

29 sep 2020 . Actualizado a las 02:20 h.

La naturaleza es previsora. Por eso, el otoño nos regala una explosión de frutos silvestres similar a la primaveral, pero con la importante diferencia de que los frutos de primavera son abundantes pero, perecederos. La naturaleza sabe que tendremos el amable verano por delante con todas las facilidades para conseguir alimento.

El otoño es diferente pues lo que se avecina es un invierno en el que tendremos pocos recursos y, por eso, previsoramente se nos ofrecen frutos silvestres que podamos almacenar varios meses. A nuestra especie le da un poco lo mismo, en nuestros supermercados no existen las estaciones y, venga de donde venga (y generalmente viene de muy lejos, con gran impacto ambiental y social), encontramos de todo en cualquier momento, pero para el resto de la fauna estas cosas son importantes.

Esto pone en su contexto a la amiga que le queremos presentar hoy, muy conocida por sus semillas, pero poco por su procedencia: la nogueira, nogal o científicamente conocida por el impresionante nombre de juglans regia.

Nuestra amiga, aunque originaria de Oriente Medio, se fue extendiendo por toda Europa y ya podemos considerarla como autóctona porque, según los registros históricos, lleva con nosotros más de 7.000 años. A América tardó un poco más en llegar, transportada por los navegantes españoles, pero con gran éxito pues de allí nos llegan las famosas nueces de California (segundo productor mundial tras China). Curiosamente somos el primer país importador de nueces, cuando tenemos aquí mismo unas nueces de excelente calidad y ejemplares notables de nogueiras muy cerca de la ciudad, e incluso alguna, que conocemos en Arcade, que quizás sería digna de figurar en el catálogo de árbores senlleiras de Galicia por si alguien se anima a tomar nota de la sugerencia.

Su madera, de extraordinaria dureza y resistencia, es muy apreciada en ebanistería y como referencia de este valor no tenemos más que comprobar el astronómico precio que alcanza un mueble de nogal e incluso sus raíces pulimentadas se utilizan como detalles ornamentales en artículos de lujo (por ejemplo en vehículos de alta gama) aunque no todo es tan bonito.

Advierte la leyenda que nunca se duerma a la sombra del nogal. La explicación está en las sustancias alopáticas que producen sus hojas y raíces, que vienen siendo un mecanismo de defensa para evitar la competencia al dificultar que otras plantas crezcan bajo su sombra. No siendo usted una planta no debería preocuparle esta característica de nuestra amiga. No olvidemos sus hojas, muy aromáticas, con las que una vez secadas se hacía el té de nogal.

La percepción de las cosas a veces nos engaña, y con las nueces nos sucede lo mismo que con las castañas, pensamos que nos comemos el fruto, pero en realidad lo que comemos son sus semillas. El fruto auténtico, que recubre las semillas, es verde y muy carnoso, con un aspecto que de lejos nos podría recordar a un kiwi aunque ojo, porque no es comestible, pero tiene múltiples usos y alguno de ellos fácilmente verificables. Si abrimos uno de esos frutos veremos como, poco a poco, las manos se nos tiñen de color marrón amarillento y comprobaremos que es muy complicado limpiar esas manchas. Como se imaginarán, es un excelente tinte natural para teñir lana y algodón e incluso fue utilizado como tinte para el pelo.

Finalmente, llegamos a las famosas nueces y sus propiedades beneficiosas, que son un no parar, pues contienen, entre otras, proteínas, vitaminas B y C y ácidos grasos omega 3. Un alimento más que saludable, que nos aporta energía, nos ayuda a reducir el colesterol e incluso ayuda a bajar la fiebre. Anotemos como curiosidad entre sus propiedades la similitud de las nueces con un cerebro humano. Esa coincidencia es el motivo por el que se dice que su consumo desarrolla la inteligencia. No está demostrado científicamente pero, en este caso, les invitamos a probar, que buena falta nos hace.