Alberto González: «Vamos a llegar hasta el final por Camiña»

M. V. F. VIGO

VIGO

XOAN CARLOS GIL

El nuevo presidente del Cangas, hasta ahora vicepresidente y asesor, se pone al frente de su «club del alma» tras la inhabilitación de su antecesor

19 ene 2021 . Actualizado a las 05:00 h.

Alberto González (Cangas, 1963), aficionado del Cangas de toda la vida, directivo desde principios de los 90 y asesor jurídico de la entidad, toma las riendas del Balonmán Cangas en sustitución de Manuel Camiña. El presidente saliente ha sido inhabilitado por la Federación Española por sus declaraciones contra el máximo dirigente del organismo y su sucesor asume que debía tomar el relevo. Pero deja claro que irán hasta el final para tratar de que les den la razón en su convicción de que es una decisión injusta.

-Una vez que Camiña dimite tras la inhabilitación, ¿cómo se fragua que usted sea el relevo?

-Estos días me paraba a pensar que llevo en el club casi 30 años. Hace tiempo que soy vicepresidente y desde el 2018 estamos en una junta gestora porque nunca se presenta nadie a las elecciones. En el momento en que Camiña dimite, la junta tiene que continuar y, de los que quedábamos, tenía que levantar el dedo porque soy el que más años llevo y sentí que me tocaba.

-Se le hará raro recoger el testigo de su antecesor después de tanto tiempo.

-Bastante. Hace un año, no lo hubiera creído. Tarde o temprano, Camiña tenía que dejarlo, pero no esperaba que fuera tan pronto. Aunque él sigue con nosotros y es una parte indispensable del club.

-¿Cómo ha vivido él lo que ha sucedido y su inhabilitación?

-Sabiendo que tiene el apoyo de muchísimas gente del mundo del balonmano. Recibe llamadas de presidentes de otros clubes, de gente que está muy metida en el mundo del balonmano. Él quiso dimitir para no dañar al Cangas, se echó a un lado en noviembre por eso. Nosotros queríamos que continuara.

-Como gestor jurídico, ¿qué opinión le merece la inhabilitación?

-Desde el punto de vista jurídico, no me parece correcta ni justa. Si ves el artículo que dicen que está infringiendo, me parece desproporcionado. Independientemente del análisis de si las manifestaciones son susceptibles de sanción o no, pueden ser ofensivas, pero no atentan contra la dignidad. Expresó que le parece que está ejerciendo su labor de una manera dictatorial, está ejerciendo su libertad de expresión y critica a un cargo público. Que se le aplique la sanción máxima es exageradísimo. Hablamos con juristas que nos dicen que es una aberración, que por cosas peores no se llegó ni a los seis meses de inhabilitación.

-Y a eso se suma una sanción económica.

-Sí, cuando en teoría para que te impongan ese tipo de multa tienes que ser profesional del deporte y tener unos ingresos por la actuación en el cargo, cosa que no ocurre en el caso de Manuel Camiña. Todo es una venganza desde el momento en que decide no apoyar al candidato al que él avalaba. Casualmente, tres días después de la votación, se resuelve el expediente por el gol contra el Guadalajara y, tras suspenderse la competición, el presidente empieza a hablar de que tenía que haber descensos, en contra de lo regulado por la asamblea general.

-¿Continuarán con los recursos?

-Sí. Lo que acaba de salir es la resolución del Comité Nacional de Competición. Ahora tenemos que presentar recurso a Apelación y, una vez que se resuelva, tenemos la opción de ir al TAD y luego al tribunal contencioso-administrativo pertinente. Vamos a seguir reclamando justicia y queremos llegar hasta el final.

-¿Cómo afronta su nuevo rol en el club?

-Estoy en una situación de vértigo. El primer día, cuando llegué a la cama, pensé: «¿Realmente sé dónde me metí?». Yo tengo mi profesión, mi familia, tengo que compaginar todo y es una responsabilidad. Pero lo afronto con dedicación y con muchas ganas. Soy el asesor jurídico, pero colaboro en todo; cuando hay que echar una mano, se echa. He estado en todos los puestos.

-¿Y cómo llega usted al Cangas?

-Estuve en un colegio interno en Pontevedra que tenía una escuela importante de balonmano e íbamos mucho a ver al Teucro. Yo no practiqué balonmano, sino fútbol, pero tengo pasión desde entonces. Cogía la bicicleta y me hacía 40 kilómetros para ver los partidos. Luego, al acabar la carrera, un primo mío que era delegado me dijo que necesitaban un abogado y no me lo podía creer. Es mi club del alma.