El monumento inaugurado en abril de 1991 es de los más espectaculares de Vigo y se pensó como un homenaje a los emigrantes gallegos que zarparon desde el puerto vigués hacia América.
18 abr 2021 . Actualizado a las 05:30 h.La escultura Puerta del Atlántico, de Silverio Rivas, cumple 30 años. El monumento inaugurado en abril de 1991 es de los más espectaculares de Vigo y se pensó como un homenaje a los emigrantes gallegos que zarparon desde el Puerto de Vigo hacia América.
El gobierno vigués presidido entonces por el alcalde Manuel Soto, presentó en 1990 a los medios de comunicación el conjunto escultórico que realizaba el escultor Silverio Rivas en una cantera de O Porriño sobre un enorme bloque de granito rosa que finalmente pesó seis mil toneladas y mide la pieza central 14 metros de alto. La obra compuesta por tres bloques: la puerta, que se apoya en un estanque, y otras dos piezas, situadas al principio de la Gran Vía y de la Avenida de Castelao, pesa en total 427 toneladas. «Su instalación fue también muy laboriosa e inicialmente se contaba con trasladar grúas de Bilbao, cosa que al final no fue necesaria», recoge La Voz del 25 de abril de 1991 en su edición local.
Fue la fuente escogida por la afición del Real Club Celta de Vigo para celebrar las victorias de su equipo pero ya no, porque la última reforma eliminó la fuente. Pero la remodelación de la plaza de América recibió el visto bueno del autor: «Es una buena intervención, no desvirtúa el sentido conceptual de la obra porque sigue siendo una puerta navegable como cuando se creó en el 1991». El artista dijo en La Voz hace unos meses que tenía dudas, «pero visto el resultado final puedo decir que la nueva remodelación mejoró el resultado anterior y al poder aproximarse a la obra se pueden descubrir aspectos que la distancia les impedía observar y me atrevería a decir que pueden percibir la energía que desprende».
Junto al conjunto escultórico (que costó 36 millones de pesetas) fue paralela la obra del túnel que atraviesa la plaza de América. El túnel se empezó a construir en agosto de 1990 y se terminó el 12 de abril de 1991, como recoge la Voz en sus páginas. «El presupuesto para su construcción fue de 349.618 pesetas», indican.
Entre ese año y el siguiente se inauguraron la mayor parte de los monumentos de Vigo más representativos de la ciuda aún hou día, como el «Monumento ó Traballo» de Conde; los Caballos de Oliveira en la plaza de España, de Oliveira; el Sireno de Leiro en la Porta do Sol.