Las licencias para piscinas se disparan en O Morrazo y O Val Miñor

VIGO

Aquatic

Las empresas instaladoras acumulan listas de espera de varios meses

03 jul 2022 . Actualizado a las 05:00 h.

El confinamiento disparó el interés de los vecinos de Vigo y su área por tener una piscina en casa. En los municipios costeros es, precisamente, donde más se nota un bum del sector que comenzó en el 2020 y que se mantiene al alza. Tanto en los ayuntamientos de la comarca de O Val Miñor como en los de O Morrazo, los departamentos de Urbanismo han tramitado un 40 % más de licencias para la construcción de piscinas de obra desde que comenzó la pandemia. Los datos contrastados con Nigrán, Baiona, Gondomar, Cangas y Moaña evidencian que las solicitudes se han disparado, llegando a triplicarse en algún caso.

«En Baiona se han duplicado las peticiones para hacer piscinas, al igual que las solicitudes para rehabilitar casas antiguas o reformar propiedades que antes eran segundas residencias y, a raíz de la pandemia se han convertido en las principales», explica Víctor Muñoz. El edil destaca que ahora además casi todas las licencias para obra nueva incluyen ya la piscina, algo que antes de la pandemia no era lo habitual. La pandemia ha cambiado las prioridades a la hora de diseñar el día a día y, la mejora de los espacios particulares va de la mano con el teletrabajo y el éxodo de las grandes ciudades como Vigo hacia los municipios de su entorno.

Gondomar, que es el segundo municipio de la provincia que más ha crecido en tiempos de pandemia después del de Tui, constata el repunte de la construcción. «Tramitamos más de una decena de licencias al mes y las de vivienda nueva también incluyen ya la piscina», señala el alcalde Francisco Ferreira. En la villa condal pasaron de conceder licencia para 1 piscina privada en el 2019 y 3 en el 2020 a las 12 del año pasado. «La tendencia se mantiene porque ya tenemos otras cuatro sobre la mesa», avanza el regidor. Ferreira destaca el crecimiento del municipio, tanto a nivel poblacional como de servicios. «En los dos últimos meses han abierto una decena de negocios en el centro urbano, lo que evidencia el poder de atracción de Gondomar. Los nuevos residentes buscan más calidad de vida y espacios más cómodos», indica el regidor.

También Baiona corrobora el bum inmobiliario. El municipio en el que parte de las dos últimas promociones, con piscina privada pese a estar frente a la playa, se agotaron estando aún sobre plano, tramita la solicitud de primera ocupación de otro y la petición de licencia para otros dos edificios. En total, se pondrán en el mercado tras su construcción otro centenar de pisos en Sabarís.

En O Morrazo también apuestan por el chapuzón en casa. El concejal cangués Mariano Abalo confirma que la petición de licencias para piscinas «se ha disparado» y los datos del Concello de Moaña cuantifican un repunte que se inició en el 2019, cuando se construyeron 19 viviendas frente a la única licencia del ejercicio anterior. Desde entonces, van a 23 y 24 por año, indicó el edil Odilo Barreiro.

Las empresas instaladoras son las que mejor perciben este interés. «Tenemos lista de espera. El cliente que nos llame ahora tendría que aguantar, como mínimo, hasta octubre para que pudiéramos comenzar con su proyecto», indica Jacobo Pérez. Es el gerente de la firma Aquatic, una de las veteranas del sector, fundada en el año 1970. «Donde más demanda hay es en las zonas rurales, pero tanto en casas antiguas como nuevas. Casi hemos duplicado la actividad, pasando de 20 al año a más de 30», indica este profesional. No hay un perfil tipo de cliente, pero las piscinas más demandadas con las de 8 por 4 y 10 por 5 metros.