Vecinos de Vigo cambian una cerradura para librarse de diez okupas

alejandro martínez VIGO / LA VOZ

VIGO

Oscar Vázquez

Convocan una concentración el viernes por la delincuencia en el entorno de Ramon Nieto

29 mar 2023 . Actualizado a las 00:15 h.

La convivencia era insoportable pero, al final, han conseguido que se marchen. Vecinos del número 133 de la avenida de Ramón Nieto han pasado unos meses de angustia por la presencia de un grupo de okupas que alteró la convivencia. Eran cinco personas adultas, dos toxicómanos y tres menores de edad. El pasado otoño se metieron a vivir en el domicilio de un hombre que vive solo y que tiene problemas con las drogas. Desde entonces, el trapicheo de sustancias estupefacientes, las peleas y los gritos, tanto de día como de noche, han sido continuos. Incluso en noviembre provocaron un incendio en la vivienda, por lo que los vecinos tuvieron que llamar a la policía y a los bomberos. A raíz de uno de los habituales follones, una vecina abrió la puerta de su casa y recibió una bocanada de humo, por lo que tuvo que avisar a los servicios de emergencia.

Al final, consiguieron convencer a la persona a la que le habían invadido el piso para que no les volviera a permitir la entrada. La semana pasada, aprovecharon el momento en el que habían salido a la calle para cambiar la cerradura, tanto la del domicilio como la del portal. Solo les dejaron volver a entrar en el piso para comenzar a llevarse sus pertenencias, cosa que hicieron con la presencia de efectivos de la Policía Nacional. Esta semana regresarán al piso para acabar de recoger sus pertenencias, con la condición de que lo hagan cuando esté presente la policía. Los vecinos temen que puedan volver a entrar y que se reanuden los problemas. Al parecer, se han mudado a una casa abandonada de la calle Cantabria.

Por ese motivo, esta comunidad de vecinos ha convocado para el viernes una concentración desde las ocho de la tarde a las diez de la noche.

El motivo de esa protesta son «los incidentes que se producen en nuestro edifico y alrededores que afectan al entorno y a los demás edificios de la zona», según expresan en una serie de carteles que han comenzado a repartir por Lavadores.

La concentración cuenta con la autorización de la Subdelegación del Gobierno. Invitan a asistir a todas las personas que viven en la calle Ramón Nieto y sus aledañas. Juan, uno de los vecinos del edificio, señala que «estamos con el corazón en un puño. Tenemos hijos pequeños. Hay una señora que está desquiciada. Somos todos mayores y nos están machacando continuamente».

Los okupas empezaron a llegar el pasado verano y, desde octubre, ya se quedaron de forma permanente. «Tenían la costumbre de ponerse a gritar a las tres o cuatro de la mañana. La policía ha venido muchas veces», señala. Los vecinos denuncian que en el domicilio se vendía droga. El trasiego de toxicómanos al piso era continuo. «Uno de ellos, que era un patriarca y que ahora está en la cárcel, bajaba a cambiarse al portal y lo tenía que ver mi hijo por las mañanas», denuncia el representante de la comunidad de vecinos. Otra de las costumbres que alteraban la convivencia era que tiraban la basura a la terraza del piso de abajo.

El detonante fue que se engancharon de forma irregular a la caldera de agua de la comunidad mediante un tubo que no pasaba por el contador. No tenían acceso al agua caliente porque tenían una deuda con el resto de los propietarios. Cuando llegó la policía, retiró el manguito que habían instalado. La comunidad está ayudando con comida al dueño del piso, que antes vivía con su madre y ahora está ingresada en un geriátrico.