La sequía reduce a la mitad la captura de la angula en el Miño

A. Martínez TUI / LA VOZ

A GUARDA

M. Moralejo

La joya gastronómica del río se cotiza a 400 euros el kilo

26 nov 2017 . Actualizado a las 09:21 h.

La angula escasesa en el Miño. Los pescadores que se dedican a la captura de esta especie llevaban tiempo sin vivir una temporada tan mala. La culpa la tiene la sequía. El Miño baja con poco caudal y cuando sube la marea se generan corrientes que no les dejan pescar. La presencia de algas complica más la situación. A la vuelta de cada luna no lo hacen con más de 80 o 100 gramos de producto, una cantidad irrisoria en relación a la que conseguían en anteriores temporadas. A estas alturas del año, no han recogido ni la mitad que el año pasado. El bien escasea y los precios suben. El kilo de angula se mueve en torno a los 400 euros el kilo.

Desde hace ya varias temporadas se ha conseguido regularizar las capturas porque hay que pasar el producto por lonja. Se hace a diario en la lonja de A Guarda. Así se sabe lo que se captura y se evita el comercio ilegal, así como la sobreexplotación de la especie, para que no desaparezca. El Miño es el único río donde los pescadores lusos pueden salir a la angula, ya que está prohibido en el resto de cauces fluviales de su territorio. Solo está permitido en el Miño porque es un tramo internacional donde comparten espacio con los españoles. La situación parece más regularizada pese a la escasez de capturas debido al propio autocontrol de la actividad extractiva, que la propia asociación de pescadores del Miño y la cofradía de pescadores Santa Trega de A Guarda propuso y aceptó en su día para salvaguardar la principal joya gastronómica del Miño. También ha mermado el interés del mercado asiático. Hasta hace pocos años, empresarios del país del sol naciente visitaban habitualmente el Baixo Miño en estas fechas para poder llevarse angula viva con la que crear sus propios viveros en su país de origen.

La restricción del tiempo de faena fue otra medida aceptada por los pescadores para mantener un consumo sostenible de la especie.

Todas las decisiones al respecto tienen que ser aprobadas por la comisión mixta hispano lusa en la que están representados los dos gobiernos y en los que cada año se aprueba el reglamento de pesca en el tramo internacional del Miño, que va desde la parroquia de Amorín a la desembocadura del río.