La portera que cambiará su vida por una llamada de Prades

Lorena García Calvo
lorena g.c. VIGO / LA VOZ

A GUARDA

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Meriem Ezbida, tras un año sin jugar, dejará su trabajo en Sevilla para fichar por un Guardés con el que siempre soñó

20 jun 2018 . Actualizado a las 05:00 h.

Meriem Ezbida va a cumplir un sueño. Jugar en el Guardés de División de Honor y trabajar mano a mano con Estela Carrera, su referente en la portería. Puede sonar manido, pero escuchar de voz de la cordobesa, cosecha del 95, la ilusión que le hizo la llamada de José Ignacio Prades para ficharla, basta para darse cuenta de que habla muy en serio. Está exultante por incorporarse al Guardés cuando menos lo esperaba. Tras pasarse toda la vida en el Adesal Córdoba y llegar a jugar en la élite, el año pasado colgó el chándal para dedicarse a su trabajo de fisioterapeuta en un centro médico y una residencia en Sevilla. Pero todo cambió cuando en su teléfono apareció el nombre de Prades.

«Me envió un Whatsapp primero. Fue ver el nombre y descomponérseme el cuerpo. ¡Fue adrenalina, me removió todo! En ese momento me desestructuró mi vida, mi trabajo», recuerda Meriem. Tras llevar toda la vida jugando al balonmano, echaba en falta el deporte y había pensado en volver a jugar en Plata, pero lo último que esperaba era la llamada del subcampeón de liga.

«Yo es que ni me vendí cuando me llamó por teléfono. Me impactó tanto que me generó algo de inseguridad pensando que no tenía el nivel. Le dije: ‘¿Sabes que llevo un año sin jugar?’ Y me contestó: ‘Sí, claro, me lo han dicho, pero si yo confío en ti, no vayas a no confiar tú’. Para mí fueron las palabras mágicas», desvela de su primera charla con su nuevo entrenador.

La oleada de ilusión que sintió cuando el Guardés le ofreció ser una de sus porteras fue brutal, pero Meriem reconoce que necesitó unos días para pensárselo. Al fin y al cabo, suponía dar al traste con un trabajo estable y con una vida, coger la maleta y cruzar España para jugar por primera vez en un equipo que no fuese el Córdoba. «Supone mucho trabajo, más presión; pero a mi edad, o lo hago ahora, o nunca». Y apostó por dar el paso arropada además por su gente. «Cuando dije Guardés, ya sabían lo que iba a hacer. Me dijeron que era algo que no podía rechazar».

Porque el equipo de A Guarda es lo máximo para Meriem. «Cuando jugaba en el Adesal, unas soñaban con Bera Bera, otras con Rocasa, y yo con el Guardés. Mi amiga Inés me decía lo a gusto que estaba y yo pensaba: ‘Vivir solo para eso tiene que ser una pasada’». Además, lo primero que preguntó antes de dar el sí definitivo fue si Estela Carrera seguiría en el equipo. «Es una de las cosas que más ilusión me hace», desvela, ya que ve en la meta del Guardés un espejo en el que mirarse y poder crecer.

Por lo de pronto, y tras un año lejos de las pistas, la meta ya se ha puesto en manos de un preparador físico y uno de porteros con los que quiere recuperar el todo y los reflejos. Está ante su gran sueño y quiere disfrutar de él al límite.