Cantera para relanzar el baloncesto en Baiona

míriam vázquez fraga VIGO / LA VOZ

BAIONA

XOAN CARLOS GIL

A punto de cumplir 20 años, la entidad pasó por un bache que ha superado centrando esfuerzos en la base

09 abr 2018 . Actualizado a las 05:00 h.

Primero fue jugador del club y hace dos años volvió como director deportivo. David Castiñeiras, vigués que comenzó a coquetear con un balón de baloncesto casi al mismo tiempo que a andar, es el director deportivo del Club Baloncesto Baiona, fundado en 1999 pero inmerso en un proceso de resurgimiento tras una época complicada. «Hay mucha oferta deportiva en la zona y la masa social es la que es», comenta el también entrenador. Le encomendaron tratar de dar una vuelta de tuerca al proyecto y por ahora el resultado está siendo muy satisfactorio, celebra.

La entidad cuenta en este momento con trece equipos y un total de 152 licencias tras haber experimentado un crecimiento importante en las últimas temporadas. «Cuando la directiva me llamó porque el club estaba regular, mi respuesta fue que lo que más teníamos que trabajar eran los pequeños, el baby basket y los benjamines. Eso es lo que te permite ir creciendo en calidad y en cantidad», comenta. En este apartado ha centrado sus esfuerzos David en este tiempo y la apuesta se está revelando acertada.

Para que el club haya ido hacia arriba, precisa, la pieza fundamental no es en absoluto él, sino los técnicos que forman parte de la estructura del Baloncesto Baiona. «El director deportivo puede hacer más o menos, pero esto depende de la calidad de los entrenadores. Son la parte más importante del club, el mayor patrimonio. Llegaremos más arriba o más abajo, y siempre será por ellos», reflexiona.

Todos los preparadores del club realizan su labor bajo unas premisas comunes. «Lo que queremos es que los niños se den cuenta de que se pueden divertir mientras aprenden y se introducen en este deporte», señala. Porque por mucho que haya cualidades que ayuden a que un baloncestista destaque, lo único que piden es otra cosa. «Necesitamos ganas de aprender y trabajar, que es lo indispensable más allá de la rapidez o la estatura. A partir de ahí da igual que sean altos, bajos, buenos o malos. El resto lo ponemos nosotros».

Castiñeiras se encarga de los más pequeños, desde los cuatro años, con los que no se hace realmente baloncesto, sino que se ponen unas bases y se van acercando paulatinamente. «Se parte desde el juego para ir llegando al baloncesto sin darse cuenta. Comenzamos con trabajo motriz, para que tengan un desarrollo motor a edades tempranas, que aprendan a correr, saltar o girar», analiza. Y no solo eso: «Es importante que empiecen a socializarse y que comprendan lo que significa formar parte de un equipo y asumir una responsabilidad respecto al entrenador y los compañeros», desgrana.

Cuanto antes se empiece a trabajar todo eso, mejor irán las cosas en el futuro. «Las cuestiones más específicas de baloncesto se van introduciendo luego. Si tienen esa otra base van a sacarle provecho y van a practicarlo en unas condiciones mucho mejores en edades más tardías», ahonda. Las sesiones se van volviendo más exigentes, pero para entonces el niño ya le ha cogido el gusto. «Es un deporte de los que enganchan. Lo prioritario es lograr que vengan, porque una vez aquí son pocos los que no siguen».

Del Baloncesto Baiona han salido nombres como la excéltica y actual jugadora del Aros León Marta Canella, un orgullo para un club cuyo equipo sénior está en Tercera y que no se pone metas más que el disfrute común del deporte. «No hay ningún objetivo por encima de la mejora del jugador. Lo que queremos es que al final de la temporada sean mejores deportistas y mejores personas que cuando empezamos. Luego los resultados serán consecuencia del resto», indica.

Castiñeiras se inició en el Seis do Nadal y Helios Zorka para luego estrenarse como entrenador en Baiona mientras jugaba en el equipo júnior. Licenciado en Ciencias de la Actividad Física y el Deporte, su siguiente parada fue Fuenlabrada, donde trabajó en la cantera. Ahora pone en práctica en Baiona con éxito lo aprendido.