Cangas medirá los decibelios de la campana de la excolegiata en unos días

carlos ponce CANGAS / LA VOZ

CANGAS

XOAN CARLOS GIL

La empresa contratada comprobará si se incumple la ley de contaminación acústica

09 dic 2017 . Actualizado a las 05:00 h.

El Concello de Cangas no quiere esperar más. Su intención es poner fin cuanto antes a la tensión vecinal existente en el casco viejo provocada por el ruido de las campanas de la excolegiata. Pese a que a la mayoría no le molestan, son varias las quejas presentadas en el Concello que alegan molestias provocadas por las campanadas. Por todo ello, el gobierno municipal ya le ha solicitado a la empresa de control de ruidos Virocem que acuda cuanto antes a la iglesia. Fuentes del ejecutivo local aseguran que «de la próxima semana no pasa».

Si el sonido de las campanas supera los 60 decibelios, el máximo permitido por la ley de contaminación acústica del Estado, el gobierno municipal le requerirá a la Iglesia que actúe para corregir el exceso de decibelios.

Varios vecinos aseguran que, en los últimos tiempos, las campanas suenan con más fuerza de lo habitual, algo que el párroco, Severo Lobato, niega rotundamente. «Las campanadas se dan de forma manual y llevan sonando igual desde hace siglos. No es cierto que suenen más fuerte ahora que antes», asegura rotundo el sacerdote.

Las campanadas se dan a diario a las 8.30 horas para llamar a los fieles a la primera misa del día. El segundo sonido no se produce hasta el mediodía con motivo del Angelus. Y la última tiene lugar a las 19.30 horas para anunciar el oficio de la tarde. Todas las campanadas, por tanto, tienen un motivo religioso. El gobierno municipal asegura que cumplen perfectamente los horarios de la normativa de ruidos y que la única duda, insiste, es el volumen de los decibelios.

El párroco no tiene problema alguno en que el Concello compruebe el sonido de las campanas. «Que vengan a medir lo que quieran. Hay otras cosas que hacen mucho más ruido», asegura tranquilo el sacerdote. Lobato indica que ninguno de los feligreses que acuden habitualmente a la iglesia tiene problema alguno con el supuesto ruido.

Muchos de los vecinos que viven en la zona han mostrado su apoyo incondicional al párroco.. Creen que el único motivo del malestar es que algunos trabajan de noche y que las campanas anunciando la misa de la mañana, que suenan a las 8.30 horas, les despiertan tras la jornada laboral.