Los veteranos muestran el camino

Lorena García Calvo
lorena garcía calvo VIGO / LA VOZ

CANGAS

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Las paradas de Diego Moyano y los goles de Soliño cimentaron el triunfo del Cangas sobre el Bidasoa

20 mar 2018 . Actualizado a las 05:00 h.

Dicen que la veteranía es un grado, y de eso Diego Moyano y Suso Soliño entienden un rato. Ambos lucen canas en el vestuario de un Balonmán Cangas que transita por Asobal aferrándose a la ilusión de salvar la categoría aunque los números se lo ponen difícil. El pasado fin de semana, cinco meses después, el equipo se reencontró con la victoria y lo hizo apoyado en las paradas del veterano guardameta, de 47 años, y en los goles del bregado extremo, de 42. Puede que no conserven la frescura de los veinte años, pero tampoco la necesitan.

«Cuando una situación es difícil es cierto que haber vivido experiencias similares puede servirte de ayuda, te aporta un punto de calma, de distancia, de saber lo que vendría mejor hacer en ese momento», analiza Moyano aun queriendo restar importancia a su aportación. «Es circunstancial. En el último partido nos tocó a nosotros como podría haberles tocado a otros, y lo importante es que fue una labor de conjunto. Si a mí me ayudan los compañeros en defensa, me resulta más sencillo hacer paradas, y si Suso se sitúa en el extremo y le llegan buenos balones, le es más fácil marcar».

Lo cierto es que Moyano detuvo hasta nueve tiros al Bidasoa que alimentaron la maltrecha confianza de un Cangas que lleva un año difícil en la portería, y Soliño machacó la meta contraria en seis ocasiones, incrementando una cuenta que le lleva, en plena década de los cuarenta, a ser el segundo máximo artillero del Cangas con 75 goles, solo por detrás del joven Potic, que a sus 24 años firma 101 dianas.

A lo largo de sus dilatadas trayectorias, Moyano y Soliño han vivido situaciones de todo tipo sobre las pistas y eso les permite encarar la lucha del Cangas con otro ánimo. «En varias ocasiones he peleado por salvarnos en la última jornada o por descender. No hay recetas mágicas, pero sí es importante tener calma y ver, desde la distancia, dónde puedes aportar y qué puede ayudar más al equipo».

Más de dos décadas como profesional permiten a Moyano ver el balonmano desde otra perspectiva y también asumir con naturalidad otra de las tareas que le toca. «Los más veteranos intentamos ayudar a los más jóvenes, transmitirles que trabajando bien, rebajando la ansiedad y concentrándonos en el momento del partido, las cosas pueden salir». El duelo con el Bidasoa fue es el mejor ejemplo.

Por lo de pronto, el rendimiento de Moyano ante el equipo de Irún ha ayudado a cortar una racha nefasta y a relanzar la ilusión por una permanencia de un Cangas que todavía está a cuatro puntos del corte.«Nos hacía falta una inyección de moral y la hemos tenido. Ahora tenemos que centrarnos sobre todo en hacer el resto de partidos en casa como el de Bidasoa. Si, a mayores, sacamos algo fuera, pues mejor». El camino está marcado.