Fallece Santoro, institución de la fotografía en Cangas

La Voz

CANGAS

Oscar Vazquez

Empezó  a trabajar para el productor de cine Samuel Broston y, durante medio siglo de actividad en O Morrazo, se convirtió en la memoria visual de varias generaciones

01 abr 2020 . Actualizado a las 00:05 h.

José María Pérez Santoro (Cangas, 1941) ha fallecido hoy en el Hospital Povisa víctima de un cáncer. El estudio que tenía en la capital de O Morrazo, en el Eirado do Señal, y que había cerrado hace seis años fue durante décadas referencia fotográfica de varias generaciones en la capital de O Morrazo. Su obra constituye hoy una buena parte de la memoria gráfica de la villa marinera en el último medio siglo.

Cuatro imágenes del profesional cangués: celebración de un grupo de amigas, la ribera sobre la que hoy está la Alameda, la orquesta «Los seis de Galicia» y amigos en un bar.
Cuatro imágenes del profesional cangués: celebración de un grupo de amigas, la ribera sobre la que hoy está la Alameda, la orquesta «Los seis de Galicia» y amigos en un bar.

Santoro se familiarizó desde muy joven con el mundo de la fotografía a través de cursos a distancia. Esa cualildad le sirvió, cuando hacía el servicio militar en el destacamento de la Aviación en la localidad madrileña de Getafe, para montar el laboratorio fotográfico del Ejército del Aire. Al terminar la mili se formó en la Real Academia de Bellas Artes de San Fernando y llegó a trabajar para el productor de cine norteamericano Samuel Bronston en Las Rozas. «Yo estaba en el turno de noche. Acababa a las ocho de la mañana y me iba la pensión en la que vivía a descansar», rememoró Santoro en una entrevista con La Voz de Galicia al jubilarse. «Un día me llamaron y me preguntaron si tenía cámara fotográfica porque urgía realizar unas fotografías. Cogí la Retinete que tenía y me fui con ellos a un edificio. Me encontré con Claudia Cardinale de frente. Me vio tan pardillo que me ayudó a hacerle la fotografía. Era en un dormitorio y yo le hice la foto a través de una puerta de cristal. Eran imágenes para luego promocionar la película 'El fabuloso mundo del circo'».

Cuatro imágenes del profesional cangués: celebración de un grupo de amigas, la ribera sobre la que hoy está la Alameda, la orquesta «Los seis de Galicia» y amigos en un bar.
Cuatro imágenes del profesional cangués: celebración de un grupo de amigas, la ribera sobre la que hoy está la Alameda, la orquesta «Los seis de Galicia» y amigos en un bar.

La empresa le ofreció un buen contrato. «Ganaba 20.000 pesetas a la semana», recuerda. El dinero le dio para comprarse una Hasselblad, una de las mejores cámaras de la época. Bronston cerró sus estudios y Santoro probó fortuna en París porque «en las productoras españolas el sueldo era mucho más bajo». En la capital francesa estuvo realizando diversos trabajos, entre ellos el de encargado de entregar las cenizas en el cementerio de Montmartre. Al cabo de medio año regresó de Galicia y abrió un estudio de fotografía en el barrio vigués de Bouzas. En 1965 se estableció en Cangas, en el bajo que todavía pertenece la familia y en el que desarrollaría su actividad durante medio siglo.

Al cumplir 50 años, José María Pérez Santoro sufrió una crisis profesional. «Empecé a pensar: '¿Qué me queda, seguir los sábados y domingos con la BBC (bodas bautizos y comuniones)?'», explicó a este periódico. Fue entonces cuando decidió dejar esos eventos y dar rienda suelta a su arte, experimentando con materiales antiguos, renovándolos de la mano de su maestro José Gago.

 

Oscar Vazquez

En su última etapa le llegaron los galardones en cascada: primer premio de composición en el concurso europeo de retrato, primer premio de iluminación en ese mismo concurso, fotógrafo distinguido por la federación española de profesionales de la imagen... En los últimos años tuvo que empezar a usar la cámara digital, pero él prefería la Pentax clásica para hacer fotografía de autor. «Una fotografía en blanco y negro hecha con el papel tradicional dura 150 años», argumentaba.