Hojas que pintan telas

GONDOMAR

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COLOR NATURAL El taller desarrolla el ecoprint para traspasar, de forma sostenible, los colores de la naturaleza a tejidos orgánicos

10 ago 2019 . Actualizado a las 05:00 h.

Antía, Nuria y Uxía tienen grabado el día que comenzó su pequeña gran aventura sostenible: el 12 de marzo del 2018. «Fue el día que firmamos», recuerda Uxía con una gran sonrisa. Las tres son las fundadoras de Las Flores de Greta, un pequeño taller artesanal de Gondomar que desarrolla la técnica del ecoprint para traspasar los pigmentos de las hojas y las flores que hay en la naturaleza a tejidos orgánicos. Todo el proceso es muy slow: desde las salidas que realizan al la monte para buscar flores y hojas silvestres al secado al aire de las telas. El resultado varía según la época del año o las distintas plantas que se empleen. «La naturaleza te regala unos colores increíbles e impredecibles», apunta Uxía.

«Nuestro motor es la búsqueda de mordientes naturales, de tejidos en concordancia, de una producción sostenible que no perjudique al medio que nos ofrece tantas posibilidades», aseguran en su web. Día a día anotan en su diario las recetas, los tonos que obtienen con cada planta. En su taller mezclan hojas y experimentan. «Es un trabajo que nos permite estar más pegadas a la naturaleza y, además, desconectar. Ahora nuestro día a día es recolectar plantas y trabajar en el taller con el sonido de los pajaritos», cuentan.

El valor del proceso

Tiñen con los pigmentos de las hojas sedas, linos y algodones con los que después crean mochilas, camisetas, fulares o pequeños pañuelos. Su intención es aprovechar al máximo los recursos: los restos de plantas que usan para teñir los convierten después en compost. «Intentamos que la huella ambiental sea la mínima», apuntan. «Queremos poner nuestro granito de arena, que la gente entienda de dónde viene una prenda y darle valor a todo el proceso», asegura Uxía. Con su filosofía de aprovechar todo lo posible los recursos de la naturaleza sin dañarla, y de crear algo que perdure en el tiempo, uno de sus proyectos más impactantes consiste en usar las flores y hojas de los ramos de novia para teñir y crear una prenda (un kimono, un chal, una blusa o un vestido lencero) que recuerde siempre los colores de la boda. «También se pueden usar las flores de la decoración. Es una forma de sacarle el máximo partido posible de una forma natural».